La Guardia Civil ha detenido a dos personas tras constatar que la pistola que se disparó de forma accidental hiriendo de muerte a al joven de 19 años Fernando C. C., el pasado sábado, mientras ayudaba a su padre a realizar la mudanza en la casa del guarda de una empresa de Gévora era ilegal. Los detenidos son el inquilino de la vivienda, y supuesto dueño del arma, y un amigo de éste, que fue quien se la proporcionó, según confirmó ayer la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira.

La pistola, del calibre 22, no estaba registrada y su propietario tampoco disponía del permiso reglamentario. Los dos detenidos, que están acusados de un delito de tenencia ilícita de armas, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial tras prestar declaración. El juez ha decretado para ambos libertad con cargos, según se informó desde la Delegación del Gobierno en Extremadura.

La muerte del joven se produjo el sábado pasadas las nueve de la mañana cuando ayudaba a su padre, empleado de la empresa de Mudanzas Marroquín, a realizar el traslado de la casa del vigilante de la empresa de cereales y productos zoosanitarios Mercoguadiana, a unos 2 kilómetros de Gévora. Entre uno de los bultos que estaban trasladando (al parecer una bolsa) se encontraba la pistola "cargada y montada" --según apuntó la delegada--, que se disparó de manera fortuita cuando el padre del joven la portaba. El proyectil impactó en el pecho del fallecido que, aunque fue trasladado con vida al hospital Infanta Cristina, murió poco después porque no se pudo hacer nada por salvarlo.

TRAMITE FORMAL Carmen Pereira explicó que el padre del joven fallecido está imputado por homicidio involuntario "pero que no tendrá consecuencias penales más allá que la de prestar la debida declaración, porque hay una seguridad por parte de los investigadores de que ha sido un trágico accidente". Se trata por tanto, de una imputación "meramente formal", pues bastante "sufrimiento y dolor tiene ya esa familia", añadió la delegada del Gobierno.

El joven fallecido, que con sus padres y su hermana en la avenida del Perú, era estudiante universitario y, según explicaron fuentes cercanas a la familia, había aprovechado el sábado para echar una mano a su padre en el trabajo porque, a pesar de que la empresa de mudanzas solo presta servicio de lunes a viernes, al parecer existía alguna vinculación familiar o de amistad con la persona que había contratado la mudanza, que se trasladaba por jubilación.

Tras el suceso, agentes de la Guardia Civil se personaron en la vivienda para iniciar las investigaciones y esclarecer lo ocurrido. En el domicilio se intervino el arma y los inquilinos y algunos testigos fueron trasladados a la Comandancia para que prestasen declaración. Desde el primer momento, la investigación apuntó a que la pistola se había disparado de forma accidental. Fuentes del caso explicaron que se trata de un arma de calibre menor, que causó una herida mortal por el lugar del pecho en el que impactó la bala. "Ha tenido muy mala suerte", afirmaron.

El joven Fernando C. C. fue despedido por sus familiares y amigos el pasado domingo en un funeral que tuvo lugar en la parroquia de San Juan Macías, en La Paz.