A LAS 6 DE LA MAÑANA del sábado un enorme estruendo alertó al vecindario. Dos plantes del edificio número 11 de la calle San Juan, deshabitado desde hace más de 15 años y en aparente estado de ruina, se vinieron abajo. Juan Antonio Espejo, arquitecto, cuya familia es propietaria del inmueble (regentan la tienda Ríboli), aseguró que no existe riesgo para los pisos colindantes.