Si compramos a cien y vendemos a cincuenta, es imposible que esto sea sostenible sin ayudas". La reflexión la hace la responsable del economato social de San Fernando, Mercedes Arias, quien teme que no podrá mantenerse abierto más allá de finales de este año si no aumentan las aportaciones que recibe tanto en dinero como en especie.

"Necesitamos la colaboración de todos", asegura Arias, quien señala que para que este proyecto tenga continuidad es fundamental que se incrementen los colaboradores, que pagan una cuota de cinco euros, las subvenciones de entidades públicas y privadas y que las empresas y distribuidoras les sirvan los productos a precios especiales. Desde el economato ya se hizo un llamamiento a los empresarios para que patrocinasen algún producto --como lo hizo la Fundación Caja Badajoz con la leche y el aceite-- y a mayoristas y cooperativas para que aportasen alimentos especiales para atender las necesidades de las familias con miembros con alguna intolerancia alimenticia. Hasta la fecha, ese SOS no ha tenido respuesta.

El economato atiende en estos momentos a algo más de cien familias de la Margen Derecha, San Roque y Cerro de Reyes. Abre dos días a la semana y ofrece productos de alimentación e higiene a la mitad de precio que cualquier establecimiento convencional. En total, se benefician de media unas 600 personas, pues la mayoría de unidades familiares, que llegan derivadas por las Cáritas parroquiales, superan los cuatro miembros.

Hasta ahora, el economato se ha sostenido con la ayudas económicas que han recibido de algunas entidades financieras y la Diputación de Badajoz. El ayuntamiento también acaba de concederle otra subvención en especie --más de 4.000 euros para comprar en el Cash al Corte--. Pero eso no es suficiente para garantizar la continuidad del servicio, pues los gastos son ingentes. Mercedes Arias explica la situación con números: si, de media, cada martes y jueves se hace una caja de más de 2.000 euros, eso significa que el economato ha debido abonar antes a los proveedores el doble, más de 4.000.

A estos gastos se suman los 500 euros mensuales que pagan por el alquiler del local, así como las facturas del agua y la luz, en el caso de esta última de una cuantía considerable debido a las cámaras frigoríficas y congeladores. Aunque la previsión era que los gastos corrientes se cubriesen con las aportaciones de los colaboradores, el dinero que llega por esta vía es insuficiente.

Por todo ello, la responsable del economato defiende la necesidad de que se alcancen convenios con instituciones públicas o privadas que permitan sostener el proyecto en el tiempo y despejar incertidumbres. Además, en septiembre se iniciará una campaña para captar colaboradores y sensibilizar sobre la labor que se realiza con este proyecto.

DARSE CUENTA A TIEMPO "Creo que llevamos poco tiempo y que todavía no hay conciencia del papel que tiene el economato. El problema es que cuando se quieran dar cuenta, la ayuda puede que llegue demasiado tarde y nos hayamos visto obligados a cerrar", lamentó Arias.

Pese a que la idea era ir ampliando el número de familias beneficiarias, como hicieron a los seis meses, que al medio centenar de la Margen Derecha que se atendía se unieron otras tantas de las barriadas de San Roque y Cerro de Reyes, en estos momentos es "inviable" plantear esa posibilidad. Ahora, hay lista de espera e, incluso, se reciben peticiones de personas de pueblos de la provincia. Según Mercedes Arias, en estos momentos, el economato solo se está atendiendo a menos del 10% de familias que necesitarían este tipo de ayuda en la ciudad.

El mes de agosto el economato ha permanecido cerrado, pues las personas que se encargan de este servicio son voluntarios y, a causa de las vacaciones, ha sido imposible cuadrar agendas para que hubiera suficiente personal para poder atender a los usuarios. Mañana volverá a abrir tras este mes inhábil para atender a familias de San Roque y el Cerro de Reyes, y el jueves, a las de la Margen Derecha.

En las estanterías encontrarán muchos productos aunque, según Mercedes Arias, a pesar de que la oferta sigue siendo bastante amplia, ha habido que retirar algunos de los que dispensaban cuando se abrió el economato en septiembre del 2013 y apostar por los que son "estrictamente necesarios" como otra fórmula de ahorro.