El cartel de una empresa inmobiliaria cuelga desde hace semanas de una de las ventanas del sólido edificio comprendido entre las esquinas de la calle Vasco Núñez con la avenida Ramón y Cajal y el Callejón del Parque, en las traseras del hotel Zurbarán. El que fuese parque de artillería del antiguo cuartel de Palmas, que conserva prácticamente intacta la estructura del siglo XVIII, se ha puesto en venta o en alquiler por sus propietarios, lo que posibilitaría dar utilidad a este enorme espacio que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y lleva años en desuso, prácticamente desde que perdió su valor militar.

El antiguo cuartel se ofrece como local comercial y la idea de los dueños es que tenga un uso institucional, dada su amplia superficie y las limitaciones edificatorias por la protección de la que goza. En total dispone de 1.800 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas: 1.000 metros cuadrados en la entreplanta y los 800 restantes en la primera planta. El interior está casi en bruto y es prácticamente diáfano, a excepción de algunas divisiones y las columnas que sustentan las bóvedas. Los dueños (la sociedad Promotora de Hoteles SA, Prhotelsa) están dispuestos a venderlo por 5 millones de euros, o bien alquilarlo por 20.000 euros mensuales (la inmobiliaria justifica que la media de los locales de la zona es de 12 euros por metro cuadrado).

El cartel se colocó en el mes de enero y ya ha habido varios interesados que han preguntado por las condiciones, pero todavía nadie se ha decidido a ocuparlo.

El cuartel de Palmas (llamado así por su proximidad a la Puerta de Palmas) se levantó a principios del siglo XVIII (entre 1705 y 1729) en toda la manzana que ahora abarca el espacio del hotel Zurbarán y fue reformado en 1764 por Martín de Gabriel como arsenal de artillería, que ha llegado a la actualidad. Martín de Gabriel era en esa fecha el ingeniero en jefe de la Provincia de Extremadura y llevó a cabo numerosas reformas en la fortificación de esta ciudad. Del antiguo cuartel fueron derribadas tres cuartas partes para construir el hotel y lo que se conserva es solo uno de los laterales que precisamente es el frontal del cuartel, es decir, la puerta principal que da a la calle Vasco Núñez, que en aquel entonces se abría al Campo de la Cruz, porque la manzana entre Ramón y Cajal y Espronceda no existía sino que había un gran llano que llegaba hasta Puerta Palmas, según la información del historiador militar Alvaro Meléndez.

Lo que se ha puesto a la venta es uno de los cuatro barracones del cuartel (que tenía planta cuadrada), que según Meléndez, se conserva exactamente igual que el plano de 1764. Como curiosidad, las rejas originales del siglo XVIII de los balcones que dan a Ramón y Cajal fueron rescatadas y reutilizadas en la construcción del hotel y se pueden ver en la portería, a la entrada de los salones de la izquierda.

El Catálogo de Elementos de Interés Histórico Artístico y Ambiental del Plan General Municipal clasifica este inmueble como arquitectura singular con carácter municipal, goza de un nivel de protección B y las obras recomendadas son todas aquellas que descubran o restituyan el estado original del edificio, con su puesta en valor.

Hace unos quince años el edificio ahora en venta se sometió a obras de mejora y rehabilitación, para favorecer su conservación, se arreglaron las cubiertas, las bóvedas deterioradas se consolidaron y se dejó en bruto. El aparejador Alfredo Murillo, responsable de aquel proyecto, defiende que aunque el inmueble está en desuso desde que lo abandonó el ejército, rehabilitándolo tiene muchas posibilidades. Destaca sus bóvedas extremeñas y los pilares de granito.