A las 10.10 de la mañana de ayer, varios vecinos de Cerro de Reyes oyeron un estruendo y cuando fueron a ver qué ocurría, vieron un montón de escombros donde antes había una casa entre una nube de polvo. Un matrimonio que pasaba en coche se quedó perplejo al ver que el edificio se vino abajo en un instante. Avisaron a la Policía Local y ésta a los bomberos.

La casa, de tres plantas y vacía, era el número 5 de la calle Tirso Lozano Rubio, esquina con la vía paralela al arroyo Calamón. Sus propietarios, dos familias que fueron realojadas tras la riada de 1997 en La Granadilla, fueron avisadas y acudieron al lugar. Afortunadamente, no hubo víctimas.

RAPIDEZ DE LOS BOMBEROS

Los bomberos llegaron de inmediato y, con indicaciones de los testigos, comenzaron a inspeccionar el lugar y pidieron una pala a Vías y Obras para que retirase los escombros y comprobar que no había nadie debajo, lo que certificaron hacia las 13.30 horas.

Clemente Mendoza, testigo del suceso, manifestó a EL PERIODICO que "esto tenía que ocurrir, a ver si las autoridades se dan ya por aludidas de una vez y terminan los derribos, porque ha podido ser una tragedia, si coge a niños jugando o a los ocupas que suelen meterse en las casas vacías", y añadió que "en este estado hay otras 531 viviendas en el barrio", las que quedan por derribar en la zona de la riada.

Natalio Torrescusa, cuñado del dueño, dijo que "a ver quién se responsabiliza de esto si hay alguna desgracia". Asimismo, Mendoza añadió que "lo saben el alcalde, el delegado del Gobierno, el presidente de la Junta y no hacen nada, les importa más la política que la gente".

La edil de Urbanismo, Cristina Herrera, dijo que "no hubo daños personales, sólo dos personas que pasaban por allí se dieron un susto"; que es una de las casas que no se llegó a un acuerdo con el dueño para su derribo", y que "en teoría, no estaba ruina, pues la habría derribado el ayuntamiento. Son casas antiguas, sin licencia, que no se sabe cómo son los cimientos y los muros", informa A. M. Romasanta.

Por otro lado, el concejal Del Molino acudió a La Banasta a ver el estado del barrio por las quejas de los vecinos y ver si echando garbancillo es posible el paso en lo que ahora es un barrizal.