Una región más industrializada pero también más contaminante. Es la evolución que ha seguido Extremadura en los últimos 20 años y que le ha llevado a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero un 62,2%, más del doble de lo que lo han hecho en el conjunto del país. Así, de acuerdo a los datos de un informe elaborado por el sindicato CCOO, en la región se ha pasado de los 5,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente que se expulsaron en 1990 a los 8,8 millones del 2009.

En relación al resto de regiones, Extremadura sigue ocupando el mismo lugar que hace dos décadas, el de la cuarta comunidad autónoma menos contaminante en términos absolutos, sobrepasando a La Rioja, Navarra y Cantabria. En el extremo contrario aparecen Andalucía (56,7 millones de toneladas), Cataluña (50,8 millones de toneladas), Castilla y León (31,5 millones) y la Comunidad Valenciana (30,5 millones).

El estudio destaca que solo 129 instalaciones industriales concentraron en el 2009 el 31% de los gases de efecto invernadero en España. "Todos contaminan, pero unos más que otros", se apunta. Entre ellas figuran dos extremeñas, ambas del Grupo Gallardo: la cementera de Alconera y la siderúrgica de Jerez de los Caballeros.

A nivel nacional las emisiones de gases de efecto invernadero en CO2 equivalente han aumentado un 28,5% entre 1990 y 2009 (de 285,1 a 372,4 millones de toneladas), "tras los importantes descensos de 2008 y 2009, a causa fundamentalmente de la crisis económica y, en menor medida, por el desarrollo de las energías renovables y las medidas adoptadas en los últimos años", indica el informe. Igualmente, se apunta que las altas tasas de crecimiento registradas hasta 2007 --cuando el crecimiento acumulado sobre 1990 era del 51,4%-- "responden a las políticas de promover el transporte privado, la especulación urbanística, el modelo de urbanismo disperso y el desarrollismo a ultranza".

Por otro lado, también se comparan las emisiones con la población de las distintas autonomías y con su PIB. En el primero de los casos, Extremadura prácticamente calca la media nacional, con casi ocho toneladas equivalentes de CO2 emitidas por habitante el año pasado. En cuanto al segundo, se coloca entre las regiones más intensivas con relación a su economía, ya que mientras que el PIB extremeño supone un 1,7% del de todo el Estado, las emisiones representan el 2,3%.

Desde CCOO se concluye que las comunidades autónomas deben comprometerse "de manera activa en la lucha contra el cambio climático, y contribuir al esfuerzo común de cumplir el Protocolo de Kioto". En este sentido, se incide en que el Gobierno central "no puede, por sí solo, reducir unas emisiones que siguen superando lo permitido en Kioto, y debe contar con la colaboración de las diversas administraciones, los sindicatos, las empresas y la ciudadanía".