El Centro Hermano ampliará sus recursos en la atención a las personas sin hogar a partir de septiembre con dos pisos, en los que convivirán usuarios con un perfil determinado para que puedan vivir de manera más autónoma, aunque con un seguimiento por parte de los profesionales y voluntarios del centro.

Según explicó Pedro Herrera, director del Centro Hermano, en cada piso convivirán cuatro personas, ahora en acogida, y cuyo nivel de habilidades sociales y problemática permite que puedan normalizar su situación. Además señaló que se tratará de personas enfermas que no tienen o no pueden estar con sus familias, que han superado sus problemas de adicción, mayores que no tienen plaza en residencias o aquellos cuyos ingresos no les permiten cubrir un alquiler.

Los inquilinos de estos pisos, que Cáritas denomina de convivencia y autogestión, se encargarán de las tareas domésticas y del funcionamiento diario, pero será el Centro Hermano el que corra con los gastos de alimentación y otros suministros.

Las viviendas son propiedad de Cáritas, que hasta ahora las tenía cedidas a otras asociaciones que ya no las necesitan y han quedado vacías. De momento, se utilizarán dos pisos en Badajoz y otros dos en Mérida --dependientes del Centro Padre Cristóbal--, pero la idea es que en el futuro se disponga de más viviendas para ofrecer esta opción a más usuarios. Este proyecto se está gestando desde hace tres años y el principal objetivo es que quienes pasen por el programa sin hogar no tengan que marcharse antes de haber encauzado de nuevos sus vidas.

El Centro Hermano ha cumplido 18 años. En este tiempo, sus profesionales y voluntarios atendieron a más de 9.000 personas. En la actualidad, el sistema de acogida ha cambiado y los plazos de estancia se han alargado "porque son más efectivos y no se adelanta nada con que estén unos días o unas semanas y se marchen sin solucionar sus problemas". Al permanecer más tiempo, el número de personas acogidas al año ha disminuido casi al 50% (de más de mil a poco más de medio millar en el 2012). "Ahora tenemos gente que lleva un año o año y medio, porque queremos que cuando las personas salgan del centro lo hagan orientadas y con perspectivas", expuso Herrera.