Setenta años después de su estreno, la película El mago de Oz mantiene su capacidad de fascinación. Sus innovaciones en el uso del color, el retrato de unos personajes universales gracias a sus características humanas reconocibles en cualquier lugar y tiempo y sus efectos especiales se conjuntaron para ofrecer un espectáculo irrepetible, que apenas tuvo continuación. Queda como esas películas islas, como La noche del cazador , aparentemente cuentos infantiles, pero capaces de atrapar a los adultos.

La fecha de la conmemoración del estreno del filme (1939) movió a la productora española Mundiartistas a homenajear a este clásico creando un espectáculo familiar, que se estrenó en el 2009 y que la pasada primavera inicio una gira por los principales teatros españoles.

Según datos de la productora, más de 200 funciones y unos 80.000 espectadores avalan la apuesta de este Mago de Oz , que actualiza y amplía las biografías de los personajes e incorpora canciones compuestas expresamente para esta versión por Alber Ponte y Vicente Pascual.

El musical llega hoy al teatro López de Ayala de Badajoz a las seis de la tarde y mañana en el Gran Teatro de Cáceres, en dos funciones (12.30 y 18.00).

UN MUNDO FANTASTICO "Queríamos crear un musical familiar, con un acercamiento más humanizado a los personajes", señala Javier de Pascual, director escénico de El mago de Oz .

Para ello algunos de los personajes incorporan un pasado que no existía en la trama original. Esta se mantiene intacta: el viaje inesperado de una niña a un mundo fantástico, más allá del arco iris, como dice la canción. En su camino al lugar dónde vive mago de Oz, que puede ayudarle a volver a su casa, se encontrará con extraños personajes.

Pero en el musical, los cambios se apreciarán pronto: el león cobarde original aparece como un rockero, que cuenta su pasado en Africa; el Hombre de Hojalata deja entrever un pasado misterioso y el Espantapájaros no tiene recuerdos.

"Más allá de la estructura conocida, nuestro Mago de Oz está concebido de un modo más moderno, más próximo a nuestros días", explica De Pascual, que ha asumido la faceta de director de esta temporada del musical. Originalmente trabajó como ayudante de dirección y productor.

Esa actualidad que marcan las canciones la representan las músicas nuevas incorporadas a este montaje, cinco temas que están concebidos desde distintos géneros: el blues, el funki, el gospel, el rock... hasta el flamenco. Hay un número interpretado por el personaje del león con esta música que supone un guiño a los espectadores españoles.

El director de la función recuerda la película. "Es maravillosa, un clásico de los tiempos de technicolor. Me acuerdo de Judy Garland, de su voz, del personaje del mago, un farsante entrañable". En esta nueva versión, el mago es un mago real, es decir, que hace trucos de magia y "rompe la cuarta pared", de manera que se dirige al público.

¿Y qué cuenta este montaje? " La aventura iniciática de una niña, en la que el valor de los sueños es lo máximo que podemos alcanzar, y la amistad".

¿Y no es un sacrilegio modificar la historia original con estas incursiones modernas?

"No", responde De Pascual. "Lo bueno de historias como esta es que permiten un margen de maniobra amplio, porque el relato original se mantiene, aparecen los principales personajes, que aquí se vuelven más cercanos, con sus defectos y virtudes".

Sin un gran despliegue de efectos especiales, los creadores del remodelado Mago de Oz hacen hincapié en las caracterizaciones y en el vestuario, y en el diseño de luces, que permite resaltar los momentos dramáticos y de humor de la historia.

"Su lenguaje, con su complejidad, permite que padres e hijos compartan la experiencia", dice De Pascual. Ello explica que esta sea la tercera temporada y que se hayan programado cuatro funciones en los dos teatros más importantes de la región. "No tenemos intención de parar".