Más de dos años después de que la diputación cediese el edifico del antiguo hospital provincial al Instituto de Turismo de España (Turespaña), el proyecto sigue en punto muerto. El organismo nacional, a través de la Delegación del Gobierno en Extremadura, se limitó a señalar que la actuación sigue en fase de estudio y que cualquier actuación está subordinada a la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado.

El retraso del proyecto --que se anunció en el 2005-- disgusta a vecinos y colectivos ciudadanos que se quejan de que, una vez más, la puesta en marcha de una infraestructura importante en Badajoz "se eterniza", al mismo tiempo que advierten del deterioro que está sufriendo el edificio por permanecer cerrado a cal y canto. En las fachadas hay numerosas pintadas y desconchones bajo las ventanas --ya se desprendió parte de una cornisa a finales del 2010--. Además, las jardineras de la calle Fernández Mejías están destrozadas e incluso en una de ellas se pueden ver los restos de una hoguera.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, José María Soriano, exigió que se consigne un presupuesto, se fijen unos plazos y se encargue la redacción del proyecto para adaptar el inmueble del siglo XVII como alojamiento hotelero. "Lo importante es que se inicie y si en vez de en dos años se tiene que hacer en cuatro, pues que se haga", dijo Soriano, para quien el "parón" del proyecto y la falta de información sobre el mismo solo genera "incertidumbre".

También el presidente de la Asociación Amigos de Badajoz, Antonio Manzano, criticó que el edificio civil histórico más importante de la ciudad lleve cerrado más de dos años. Aseguró que la crisis es "la excusa perfecta" de los políticos para no dar impulso a este proyecto, cuando, a su juicio, la verdadera razón es que no se ha apostado por Badajoz. Manzano lamentó que se permita que el inmueble se deteriore día a día, cuando en el momento de la cesión se encontraba "en muy buen estado" porque se habían hecho reformas no mucho tiempo atrás.

Amigos de Badajoz considera que el edificio es demasiado grande para acoger solo el parador, por lo que propone que se reserve una parte para crear un centro cultural, del que la ciudad carece.

La Asociación Cívica Ciudad de Badajoz tildó de "vergonzoso" el retraso que acumula la conversión del viejo hospital en parador de turismo y mostró su temor a que finalmente se descarte el emblemático edificio como alojamiento hotelero. Tampoco a su presidente, José Manuel Bueno, le sirve de excusa la crisis económica, pues en su opinión el proyecto no avanza porque a la clase política "ni antes ni ahora" le preocupa.

Según se informó en su día, los planes de Turespaña eran que el parador tuviese 90 habitaciones, repartidas en torno a los patios, y contase con una zona de baño y spa, que se ubicaría en el ala que da a la calle Sor Agustina, donde había que demoler el interior de dos plantas.

PLAZOS El documento de cesión del edificio --cuyo valor de tasación, incluido el sótano, fue de cerca de 20,5 millones de euros-- establecía un plazo máximo de diez años para que el parador estuviera abierto al público. Las obras tienen que comenzar en un periodo no superior a cinco años a partir de la firma del acuerdo --ya se han agotado más de dos-- y debe abrir como máximo otros cinco años después del inicio de los trabajos.

Si no se cumplen estas condiciones, la finca revertiría en la diputación o ésta tendría que percibir una cantidad de dinero equivalente a su tasación en la fecha de la cesión, más el incremento del IPC.