Jaime Jiménez Arbe, conocido como El Solitario, ingresará esta tarde-noche en una cárcel madrileña y mañana será conducido por las fuerzas de seguridad hasta la prisión de Zuera (Zaragoza), donde permanecerá hasta su traslado al tribunal navarro que le investiga por el asesinato de dos guardias civiles. Así lo han indicaron a la agencia Efe fuentes de la investigación, que precisaron que la entrega por Portugal a España del supuesto atracador se produjo a las 13.30 horas en la cárcel de Elvas, por seguridad, desde donde es conducido por la Guardia Civil, y escoltado por la Policía, hasta una cárcel madrileña. La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, asegura que la entrega se desarrolló con "total y absoluta normalidad" y se efectuó en Elvas, y no en la frontera de Caya como se apuntó en un principio, para que pudiera hacerse con "total discreción". En estos momentos, El Solitario viaja en un furgón de la Guardia Civil, escoltado por varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía, con destino a Madrid, donde pasará la noche en una prisión de la capital española que Pereira no quiso determinar. Esta parada no obedece a un dispositivo especial de seguridad, sino que es habitual en los traslados de presos en los que se cubre un trayecto largo, en esta ocasión de unos 750 kilómetros desde la frontera hispano-lusa hasta Zuera. Tras pernoctar en la cárcel madrileña, El Solitario, acusado de una treintena de atracos y de tres asesinatos, será conducido hasta la prisión de Zuera, de la que saldrá un día después para declarar en el juzgado de Tudela que investiga su presunta participación en el asesinato de dos guardias civiles en Castejón en junio de 2004. Jiménez Arbe, el atracador más buscado de España en los últimos diez años, fue detenido el 23 de julio de 2007 en la localidad lusa de Figueira da Foz, días antes de que tuviera previsto cometer un nuevo atraco, y se encuentra preso en ese país desde entonces. Tras su comparecencia ante el Tribunal de Tudela, tiene que regresar a Portugal en un plazo de dos meses para responder ante la Justicia lusa de los delitos de intento de atraco, tenencia ilícita de armas y uso de matrículas falsas, entre otros, que le podrían acarrear una pena de hasta 20 años de cárcel.