Quienes consiguieron colarse entre sus muros en sus años de decadencia, ahora echarán de menos el halo romántico que desprendían sus estancias y recovecos, en los que parecía que aún se oían voces de sus antiguos moradores. Ahora, tras casi un año de obras y más de 6 millones de euros de inversión (de los que 4,7 millones han sido fondos europeos), el Forte da Graça (Fuerte de Nuestra Señora de Gracia) de la vecina localidad portuguesa de Elvas ha recuperado todo su esplendor como la mayor fortaleza militar fronteriza de Europa, un acuartelamiento en el que pudo haber más de 3.000 personas que ocupa como 10 campos de fútbol, digno monumento de la ciudad que fue declarada con sus fortificaciones en junio del 2012 Patrimonio Mundial de la Humanidad.

La ceremonia de inauguración de la rehabilitación del fuerte se celebró ayer y contó con la presencia del presidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, arropado por numerosas autoridades civiles y militares, entre ellas el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso. Tras recorrer el monumento, que a partir de ahora se abre al público, Cavaco Silva destacó que, desde de ayer, "tanto los elvenses como los turistas, nacionales y extranjeros, podrán apreciar un conjunto de espacios que durante siglos tuvieron un papel importante en la defensa del territorio nacional y que a partir de ahora se ofrecen como patrimonio museológico, abierto a todos los que quieran visitarlo". El presidente de la República también mencionó las "nuevas amenazas" que se ciernen entre fronteras, ante las que la respuesta no puede ser levantar muros sino "el refuerzo de la cooperación en la defensa, la seguridad y la justicia con el objetivo común de una sociedad tolerante y humanitaria".

De la importancia de la recuperación de esta fortificación también habló el presidente de la Cámara Municipal de Elvas, Nuno Mocinha, para quien "este fuerte no es es solo de Elvas, ni de Portugal, es del mundo".

En declaraciones a los medios de comunicación, Fragoso reconoció que la recuperación de este monumento tendrá su repercusión en Badajoz, porque será un punto de atracción de visitantes, como también Elvas se beneficia de la proximidad de la capital pacense. "Nosotros aportamos plazas hoteleras, hostelería, comercio y ellos a nosotros la declaración de Patrimonio de la Humanidad y este gran monumento que es irrepetible en toda la frontera". Respecto a quienes comparan la rehabilitación de esta fortaleza con la acometida en el Fuerte de San Cristóbal, el alcalde recordó que el de Badajoz puede ser una sexta parte de éste de Elvas. "No tienen nada que ver y cuando Mocinha inauguró conmigo el Fuerte de San Cristóbal le encantó la recuperación, el suyo es diferente, con elementos históricos en mejor estado".

El Forte da Graça se terminó de construir en 1792 y apenas ya tuvo relevancia bélica porque las grandes guerras ocurrieron con anterioridad. Sí sirvió como elemento de disuasión, según destacó el historiador Moisés Cayetano, especialista en la Raya, también presente en la inauguración. Cayetano lo comparó en importancia con el Fuerte de Figueras (Gerona) o el de la Concepción (Salamanca), aunque éste último está muy destruido. El de Elvas dejó de tener utilidad a mediados del siglo XIX y en la dictadura de Salazar pasó a ser destacamento militar y prisión política. A partir de 1974 se conservó una guarnición para preservarlo pero en los últimos 10 años se abandonó a su suerte.