Los empresarios del polígono industrial Pealsa (en la carretera de Madrid, antes de llegar al desdoblamiento de la autovía) han querido sumarse a las protestas que viene protagonizando la comunidad educativa del instituto Nuestra Señora de Bótoa, por los problemas de tráfico de este tramo, que se ha cobrado ya multitud de accidentes, y la dificultad para acceder a la carretera.

El centro educativo inició el pasado viernes una recogida de firmas y de los 14 empresarios del polígono (que suman 300 trabajadores), 12 ya han estampado su rúbrica. A través de este escrito, que remitirán al delegado del Gobierno en Extremadura, Oscar Baselga, los firmantes piden una solución y plantean que sea la colocación de semáforos limitadores de velocidad, reductores horizontales u otras medidas. Asimismo, reclaman un tercer carril, de aceleración y desaceleración entre los dos existentes (ver gráfico). Esta sería una solución inmediata pero, como remedio definitivo, los afectados demandan el desdoblamiento de todo el tramo, una medida que tardaría varios años en materializarse.

FECHAS

Los alumnos ya habían recogido ayer más de 600 firmas, y esperan reunir entre 10.000 y 15.000, que llevarán personalmente el día 25 de febrero, al delegado del Gobierno, tras una manifestación que partirá del centro. Previamente, mañana miércoles, 12 de febrero, los alumnos protagonizarán otra manifestación y el día 19, otra, ésta por la tarde. Los manifestantes cortarán con su presencia uno de los dos carriles al tráfico y colocarán semáforos y bandas sonoras simbólicas, para llamar la atención.

Además, en la protesta de mañana, recogerán firmas entre los conductores que se detengan a su paso, pues aducen que ellos también sufren los problemas de tráfico de esta vía. El director del instituto, Joaquín León, explicaba ayer que "no somos nosotros solos" sino que el pasa o viene a diario desde Mérida o Villafranco "es el que nos puede dar", de hecho "cuando hemos tenido un accidente, siempre nos han dado de fuera". A diario pasan por este tramo 20.000 vehículos, muchos más que en la autovía entre Villafranca y Mérida, donde hay contabilizados 12.000. La presidenta de la Asociación de Padres de Alumnos, María Gómez, comentaba que ella, como madre está siempre "con el alma en vilo" porque su hijo se acerca al instituto en moto, al igual que otros muchos alumnos, los que no lo hacen en coche, pues el autobús urbano enlaza con muy pocas barriadas de la ciudad. El representante de los alumnos, José María Narciso, añadió: "nos estamos jugando la vida" y se preguntó si el delegado del Gobierno está esperando que haya más muertes para poner una solución.

El director del instituto recordó que empezaron a pedir una solución en el 96 y lo único que consiguieron es que le Guardia Civil se coloque una hora a diario a la entrada y salida de los alumnos. León recalcó que el responsable de poner una solución es Baselga, que es quien debe poner de acuerdo a los ministerios de Fomento y de Interior. El director apuntó que el tercer carril no costaría más de 48.000 euros y sería una obra de poca envergadura, si se compara con el acondicionamiento recién terminado del pavimento del puente de la Universidad.

El alumno Raúl Lagoa apuntó además la necesidad de que la empresa del servicio de transporte urbano, Tubasa, facilite alguna otra línea para acercar los alumnos al centro, como pudiera ser la que enlaza con Villafranco. El director apuntó que todavía no se han dirigido a la empresa, pero confían en que la respuesta sea satisfactoria.