La mayoría de los emigrantes que llegan a Badajoz vienen porque tienen aquí un familiar. "Ellos en sus países no saben que existe Badajoz", cuenta la presidenta de la asociación Todos Iguales, Todos Legales, María Gemio.

Posteriormente, muchos se han ido a otras comunidades a trabajar al campo, sobre todo al Levante. María Gemio señala que el problema que presenta Badajoz a la hora de retener a los emigrantes es que aquí no hay industria y los que ya están legalizados y quieren mejorar su situación se trasladan porque "no van a estar toda la vida ellos cogiendo aceitunas y ellas fregando casas". El hecho de que la mayoría tenga que trabajar en el campo supone que en invierno muchos hombres no tienen empleo durante cuatro meses.

Una circunstancia que sin embargo sopesan es que ésta es una ciudad tranquila. Gemio cuenta la historia de dos amigos ucranianos, ambos ingenieros, que no se quieren ir fuera a buscar mejores empleos porque se encuentran a gusto. El está en un taller mecánico y ella "echando horas en las casas". La presidenta de Todos Iguales quiere además destacar que gracias a los emigrantes muchas viviendas "humildes" de esta ciudad están ocupadas, y de otra manera no se alquilarían.