Encargados de la discoteca Oasis, situada en la carretera de Olivenza, denuncian los "graves" perjuicios por la campaña de desprestigio que su negocio está sufriendo desde que salió a la luz la reyerta que se produjo la madrugada del domingo 13 de agosto, y en la que tres porteros del establecimiento fueron detenidos por la Policía Nacional tras agredir a un joven marroquí en la puerta del local.

Según las encargadas de la discoteca, "se está agrandando demasiado la situación y están poniendo a la discoteca a parir con declaraciones inciertas, que habrá que estudiar de dónde proceden y ver las medidas legales oportunas a emprender".

Asimismo, aseguran que muchas de las informaciones que han salido estos días son falsas, y lo atribuyen a rumores, que alguien puede estar vertiendo "claramente por envidia, lo que está perjudicando gravemente a una empresa donde trabaja mucha gente que vivimos de esto". Entre estos rumores, destacan un e-mail que circula en cadena por la red, advirtiendo a los usuarios de que "no vengan a esta discoteca porque es lo peor y que los porteros son agresivos"

Por otro lado, y ante los datos facilitados por el Cuerpo Nacional de Policía en los que se informaba de que el responsable del negocio, identificado como M. A. M. V., había sido detenido como presunto autor de un delito contra el derecho de los trabajadores, las encargadas manifiestan: "Ni fue detenido ni acusado de ningún delito contra el derecho de los trabajadores", expresando el trato ejemplar del encargado hacia sus empleados.

En lo que se refiere a los porteros, señalan que "tienen órdenes de no poner nunca la mano encima y ante todo, dialogar, por lo que éstos no agreden a alguien así como así", y además, destacan que los que fueron citados a declarar el 16 de agosto, permanecieron día y medio en el calabozo y ya se encuentran en libertad, habiéndose incorporado dos de ellos a su puesto de trabajo.

Las encargadas afirman que, en contra de informaciones que indican que el establecimiento ha recibido 6 denuncias desde el 23 de julio, "nosotros solo tenemos constancia de dos".

MALA PRESENCIA Por otro lado, María, una de las encargadas, cuenta que cuando el joven de 23 años quiso entrar en la discoteca, "fue parado por los porteros porque tenía mala presencia e iba tambaleándose y muy pasado". Según relató a EL PERIODICO, "al prohibirle la entrada, le pegó una hostia a uno de los porteros, lanzándole amenazas del tipo voy a ir al coche y me voy a liar a tiros con vosotros, por lo que los porteros le retiraron de la puerta, con la sorpresa de que regresó para volver a entrar".

Según la encargada, los porteros advirtieron que el chico portaba algún instrumento, posiblemente una pistola, dándoles la sensación de que podría estar armado, por lo que inmediatamente se desencadenó la reyerta, que acabó con el joven tirado en el suelo, con una pierna fracturada y otras contusiones. Pero "se levantó por su propio pie y volvió a querer acceder a la discoteca, increpando y amenazando a los porteros, que le desplazaron a una esquina" hasta que llegó la policía, según el relato difundido ayer