Casi 60 mujeres han comenzado el nuevo curso en los locales de Equipo Solidaridad en la calle San Juan, en pleno corazón del Casco Antiguo, donde desde hace más de 20 años esta asociación inició su labor, en principio con mujeres gitanas y hoy abierta a todas las que necesiten apoyo para salir adelante. La procedencia es muy diversa y participan en talleres de educación formativa, orientación laboral y de contenido social. Esta tarea se acaba de ver recompensada con la concesión del primer premio Miguel Hernández de alfabetización, que otorga el Ministerio de Educación y Cultura y que recogerán dentro de unas semanas, así como también representarán a España en los Premios Internacionales de Alfabetización de la Unesco. El proyecto de Badajoz fue elegido por unanimidad entre diez finalistas y el premio está dotado con 38.000 euros.

Hasta este momento, muy poco se había oído hablar de Equipo Solidaridad, que ha ejercido la función para la que nació de una forma callada, pero siempre efectiva. La coordinadora, María Luisa Alpuente, lleva en el proyecto unos 24 años, ya ha perdido la cuenta, pero no el entusiasmo. Para ella, es un premio "a la labor, a las buenas prácticas, a la transparencia, a lo humano y lo social del proyecto". Esta oenegé está vinculada a la iglesia de la Concepción. El proyecto empezó a nacer con las religiosas del Buen Pastor, que viven en el barrio y que forman una parte importante de la iniciativa, junto a Cáritas. Alpuente comenta que en el ministerio han valorado "cómo con tan poco se puede hacer tanto" y cómo han podido trabajar tanto tiempo de forma continuada.

El proyecto va dirigido a mujeres con trayectorias vitales complejas, desempleadas de larga duración con cargas familiares, con baja formación y escasa cualificación profesional y poca autoestima. El objetivo de la escuela es favorecer su inserción sociolaboral y su recuperación personal, potenciar su autonomía y que ellas y sus hijos cuenten con un espacio de acogida y de apoyo.

Alpuente no puede calcular cuántas mujeres han pasado por esta escuela desde que funciona. Además de la coordinadora, trabajan cuatro maestras y las voluntarias, todas ellas muy comprometidas con el proyecto. Al curso que acaba de terminar asistieron 75 mujeres y 15 niños, que acuden a un taller infantil porque hay muchas madres que de otra forma no podrían participar. Los pequeños tienen entre 3 y 9 años, reciben apoyo escolar y comparten actividades de ocio.

El proyecto se desarrolla a través de talleres divididos en los niveles educativo formativo, el laboral y el social. Los hay permanentes, que se desarrollan durante todo el año, como son el educativo, el infantil, el de nuevas tecnologías y el de conocimiento del idioma y de la cultura españolas. Alpuente destaca la trascendencia de este último, que se creó cuando empezaron a llegar muchas inmigrantes. El apoyo no se queda en las clases, sino que la asociación las acompaña desde resolver los trámites para la nacionalidad hasta a la consulta del médico. Como novedad, se ha incorporado un taller de preparación de bolsas de empleo y oposiciones, porque hay mujeres que quieren presentarse y no tienen recursos para pagar una academia.

También se ofrecen talleres de orientación laboral, de cocina y servicio doméstico, de cuidado de personas dependientes, de tolerancia y respeto a la diversidad, prevención de la violencia de género o educación para la salud, que se desarrollan de forma puntual durante un periodo de tiempo, impartidos por técnicos especialistas externos al proyecto. También los hubo para la obtención del carnet de conducir, lo que ha permitido que muchas mujeres gitanas del barrio tengan el permiso.

Las mujeres que acuden al proyecto de inserción social van todas las tardes y asisten a distintos talleres, con los que se consigue "que al final la formación sea completa". Al término del curso, reciben un diploma acreditativo de la formación que han recibido con la horas de asistencia. La coordinadora está convencida de que "les abre puertas". El proyecto funciona con el apoyo de distintas administraciones y entidades. Equipo Solidaridad trabaja mucho en red, en estrecha colaboración con tras instituciones, como Cruz Roja, la Casa de la Mujer, los servicios territoriales de la Junta, los servicios sociales del ayuntamiento (con el que tienen firmado un convenio de colaboración) y otros proyectos en la misma línea. "Los resultados se obtienen cada día", afirma la coordinadora.