En la clase política hay algunos que piensan que el término palabra de honor es una frase hecha, y algunas que creen que es el escote de un traje de fiesta. Cada vez es más frecuente encontrar a políticos abogados que acusan sin pruebas, políticos artistas que censuran proyectos cinematográficos, políticos maestros que en sus aulas dan lecciones y fuera aleccionan, políticos escritores que fomentan la lectura desde sus despachos mientras retiran publicaciones de lugares públicos, y políticos sin miedo que dan miedo.

Estos políticos, que desarrollan su acción ante la mirada atónita de los ciudadanos, intentan justificar sus comportamientos escudándose en la disciplina de partido, la estrategia de grupo o las reglas del juego, y dar normalidad a situaciones poco normales.

Esto empieza a ser cada vez más frecuente en la vida política pacense, donde los representantes del pueblo se desgañitan cruzando acusaciones y amenazas, imputándose delitos graves, para luego dejar al público a medias. Eso pasó con los cobros ilegales de comisiones del 5% y es lo que parece que pasará con el PGOU y con Golf Guadiana.