Las llamas alcanzaron por encima de 60 metros, se veían desde Talavera y el olor a quemado se respiraba en la carretera de Madrid, a la salida de Badajoz. La factoría de tomate Agraz de Villafranco del Guadiana sufrió ayer por la tarde un espectacular incendio que, afortunadamente, no afectó a las naves de la fábrica donde el personal trabajaba, pues se limitó al área de carga, pero fue de tal envergadura que, en un balance inicial, ardieron 10.000 palés de madera y afectó a unos 4.000 bidones de pasta de concentrado de tomate, valorados en unos 590.000 euros. (Cada palé cuesta 11 euros y un bidón está valorado en 120 euros).

El fuego se inició sobre las 18.15 horas en la zona de almacenamiento de palés, al aire libre, a unos 200 metros de la fábrica, donde en ese momento seguía trabajando un turno de trabajadores, que no detuvieron su actividad.

Una persona que estaba cargando un camión fue la que se percató del incendio. Habían transcurrido apenas diez minutos desde que el gerente, Iñigo martínez, había salido del recinto, tras la jornada laboral.

EXTINCION En la operación de extinción se vivieron momentos de verdadero peligro entre los bomberos, según contaba anoche el jefe del servicio del Ayuntamiento de Badajoz, Fernando Bermejo. Cuando estaban en plena actividad se descontroló el incendio. El mayor peligro radicaba en que el fuego llegase a las cajas de plástico situadas próximas a los palés. Pocos metros más allá ya hay tractores y viviendas. Un camión de los bomberos se vio afectado.

Dos horas después de iniciarse el incendio estaba prácticamente controlado, pero Bermejo calculaba que por lo menos tendrían que seguir allí toda la noche para apagarlo completamente. Los trabajadores ayudaban en la retirada de bidones.

"Ha sido un incendio muy serio --describió el jefe del servicio-- que afortunadamente hemos podido controlar a tiempo, el personal ha actuado con muy buen criterio y ha evitado la propagación a zonas expuestas". Las áreas cercadas se dejaron quemar porque era complicado apagarlas. Al llegar, las llamas eran muy altas y las naves próximas de almacenaje empezaban a verse afectadas por el calor, por lo que hubo que refrigerarlas.

En la intervención participaron, además de los agentes del servicio de Badajoz, bomberos de la diputación de los parques de Puebla y Almendralejo, agentes del Sepei y de la base aérea. "Los daños son mínimos en relación a lo que hubiera podido ser", sentenció Bermejo.