Los gobiernos de España y Portugal ratificaron esta semana los acuerdos de la cumbre hispano-lusa de Zamora, entre los que figuraron la futura estación internacional del AVE en Caya. Una infraestructura que será compartida, con una zona de pasajeros que estará en la parte española, es decir, en Badajoz; mientras que la estación de mercancías se ubicará en el término municipal de Elvas. Eso sí, ambas estarán unidas por una pasarela que cruzará el río Caya, frontera natural entre España y Portugal.

Fue la solución salomónica y nunca fácil que se adoptó entre ambos países, en pro de los beneficios que la cooperación entre España y Portugal pueda seguir dando en el futuro y de la que sin duda se beneficiará Extremadura y sobre todo Badajoz.

¿Pero ha sido éste el mejor acuerdo, al menos, para España y, en concreto, para Badajoz? Probablemente haya sido el único posible. Sin embargo Miguel Celdrán tiene claro que el reparto no beneficia a la ciudad. Y razones no le faltan. Si la Plataforma Logística se construirá en Badajoz, ¿tiene sentido ubicar la estación de mercancías en el lado portugués?

Quienes defienden el acuerdo argumentan la escasa distancia que separan ambos proyectos, incluso que la fiscalidad de las empresas se resolvería convirtiendo esta área en Zona de Aduana o Zona Franca. Sin embargo no podemos perder de vista las intenciones de Elvas de construir su propia Plataforma Logística. Si es así, la jugada les sale redonda.

Pero las administraciones extremeñas no sólo se deben contar con el transporte de mercancías a través de la Alta Velocidad, cuyo coste será más elevado aunque el material llegue antes.

Los empresarios extremeños podrían seguir viendo rentables las actuales líneas de mercancías, como la de Sines o Portalegre, siempre que tengan una terminal de carga en la Plataforma. Estamos diseñando un futuro que pasa necesariamente por la cooperación con Portugal, pero en el que cada uno debe saber jugar sus cartas.