Francisco Caro es uno de los cuatro vigilantes del Marcelo Nessi despedidos y contó que él, como otros compañeros, estuvo de baja por depresión debido a las tensiones laborales, pero en su caso fueron cuatro meses; "al mes y dos días de reincorporarme me llegó el despido", contó. Otro compañero estuvo siete semanas y el procedimiento fue el mismo. Todos niegan que haya dejadez o pasividad en su actitud, sino que "velamos por la legalidad de nuestras funciones". "Nos cambian las normas cada dos días y nunca por escrito; alguno recibimos 7 inspecciones en un mes". Agustín Sandía afirmó que acudirán a la Junta "porque no puede permitir estas cosas en uno de sus centros".