Cuenta que está tomando antinflamatorios, que tiene la rodilla vendada y que el médico le ha recomendado reposo y «mucho hielo». El joven de 23 años que el pasado lunes denunció haber sido agredido por una persona disfrazada de payaso diabólico --que prefiere que no se publique su nombre-- aún no se ha recuperado de las lesiones ni del susto. «He estado dos noches sin dormir», asegura, al tiempo que reconoce que tuvo miedo en ese momento y que todavía lo tiene «porque yo no le vi la cara, pero él a mí, sí», justifica.

Según relata, iba caminando solo por la calle Menacho cuando escuchó unos pasos y miró hacía atrás varias veces, pero no vio a nadie. De repente, sintió un golpe en la rodilla, justo en el hueso. «Me apoyé en la pared y lo primero que hice fue taparme la cabeza. Entonces lo escuché reírse como en las películas de miedo, no sé si era él o una grabación». «No me dijo nada, ni me amenazó ni me insultó nada», apunta.

El joven afirma que tras ese primer golpe, el supuesto agresor intentó darle de nuevo con la llave inglesa, «que no era pequeña», asegura, pero entonces le plantó cara y en el forcejeo entre ambos se le cayó al suelo la herramienta. La víctima explica que entonces le propinó un «puño en la nariz» y que la reacción del payaso fue recoger la llave inglesa y salir huyendo a la carrera del lugar.

Cuenta que había visto las fotos de los payasos diabólicos en las redes sociales los días anteriores al suceso, pero que no les había dado ninguna importancia. También cree que fue casual que fuese él el agredido y que no se debe a ningún motivo personal. «Yo pasaba por ahí y ya está».

Además de las lesiones y el susto, el joven, que en estos momentos se encuentra en paro, asegura que lo ocurrido le ha impedido incorporarse al puesto de camarero que le han ofrecido. H