Cuando inicié mi colaboración semanal con este diario a principios del año 2016, la primera columna la dediqué a la Eurociudad. A principios de este año escribí 10 columnas para visualizar los principales retos para Badajoz en el año 2017, el primer reto era La Eurociudad. Creo que no hay un proyecto más ambicioso, ilusionante y retador que convertirse en Eurociudad, compartiendo un proyecto de futuro con Elvas y Campomayor, y esperemos que en el futuro con Olivenza, y reinventarnos desde la doble personalidad de las dos naciones ibéricas, con un estatus especial europeo.

El hecho más singular y que ha dado mayor personalidad a Badajoz ha sido su situación fronteriza y periférica. Estar al final de un camino que se ha topado durante siglos con un muro infranqueable, conocido como la Raya del Corcho, ha condicionado y sigue condicionando a Badajoz y condenándola al aislamiento y la distancia. Cuando en el año 875 Ibn Marwan fundó la ciudad en el Cerro de la Muela en lugar de hacerlo en el Cerro de San Cristóbal, estaba posicionando a Badajoz al final de España o al final de Portugal. Daba igual, íbamos a estar al final, como así ha sido.

El que unamos fuerzas y proyectos de un lado y de otro de la Raya puede cambiar nuestra situación, desde una posición periférica a una central. Podemos romper de una vez por todas con la frontera y convertirnos en el punto de encuentro de Madrid, Lisboa, Oporto y Sevilla y, en definitiva, de España y Portugal. Pasamos de estar al final a estar en el centro, como estuvimos durante miles de años. Este hecho se verá impulsado por las nuevas comunicaciones ferroviarias, pero también las autopistas pendientes con el Levante y con Granada. No es un camino fácil. Durante años nuestro papel fue defensivo, o más bien bélico. Durante siglos nos hemos estado apuntando con cañones. Ha habido y hay muchas desconfianzas, suspicacias, y sobre todo desconocimiento. Nuestras relaciones se han limitado a ir a comprar o a comer, y poco más. Ni va a ser rápido, ni fácil. Durante el camino seguro que habrá más de una tensión y recelos. Pero la constitución formal hoy de la EuroBEC, y esperemos que en el año 2020 la puesta en funcionamiento del tren rápido de Madrid a Lisboa, nos cambiará la historia de la ciudad, o mejor ya de la Eurociudad.