Un hombre de 26 años, natural de Badajoz, separado y en paro, se subió a las 20.30 horas de ayer a lo alto de una de las tres grúas de las obras del palacio de congresos y amenazó con arrojarse al vacío si no le dejaban ver a su hija, que al parecer cumplía 2 años y que la Junta acababa de dar en adopción.

Un amigo de Ignacio --que según algunos testigos ya intentó ahorcarse de un árbol el verano pasado en la avenida de Colón-- fue quien finalmente le convenció, hora y media después, para que depusiera su actitud y bajara de la grúa. Al lugar acudieron miembros de las policías local y Nacional, bomberos y agentes especializados en tratar este tipo de incidentes, así como un equipo médico, Cruz Roja y el subdelegado del Gobierno, Inocencio Ramos.

Cientos de personas se congregaron en la Ronda del Pilar, alertadas por los gritos del hombre, y muchos vecinos salieron a sus balcones a ver qué sucedía. Los agentes cortaron el tráfico y acordonaron la zona, mientras un especialista conversaba con Ignacio e intentaba convencerle de que bajara. Una vez en el suelo, negaba estar loco y gritaba: "Quiero a mi hija, o me quita la vida como un perro".