Chapó, señor alcalde. Me gustó su gesto de acudir a la concentración del jueves 26. Y también que estuvieran con usted todos los concejales de su grupo, actuales y pretéritos. Y eso que alguno no se sintió muy cómodo. Hay que saber jugar y a veces, en beneficio del interés general, ir de la mano de sus adversarios políticos.

Pero, dicho esto, me gustaría, señor alcalde, hacerle reflexionar, con todo respeto, sobre la calidad de algunos de sus apoyos vecinales. No entiendo por qué lo primero, o quizás lo segundo, que hizo usted al conocerse la sentencia del Supremo fue reunirse con Amigos de Badajoz . Me parece insólito. ¿Quién se reúne, nada más perder un juicio, con quien lo denunció? Convendría tomar la debida distancia, simpatías personales aparte, y abandonar actitudes equívocas. De lo contrario, alguien podría pensar que aquí pasa algo raro. Porque, vamos a ver. Usted ha tratado a Amigos de Badajoz como a ninguna otra asociación de la ciudad. Les dio como sede la ermita del Pajarito, recién restaurada, que, en principio, tenía otro fin. Ellos habían impugnado ya ante los tribunales la rehabilitación del hospital Militar, que hizo la Junta. Pero a quien se ha condenado es al ayuntamiento, por haber vulnerado el plan general vigente hasta entonces. Esto tiene todo el aspecto de algo fallido. Como si inicialmente se hubiera pretendido otra cosa y el tiro se hubiera ido por la culata. Vamos, que el ayuntamiento recibió en el trasero una patada dirigida a la Junta.

No quisiera hacer juicios temerarios, pero la asociación susodicha tiene un palmarés tan dilatado en criticar sólo las obras de la Junta que el apoyo de la actual corporación podría no sorprender, con cubo y todo. Sería de desear, señor alcalde, que se aclare la posición de su corporación. Y sobre todo ahora, porque convendrá conmigo en que es el momento, ya que no lo fue antes, de actuar con sosiego, y de dialogar con la administración regional sin calentamientos bucales. Y, también, de hacerlo con la universidad; la primera y mayor perjudicada de toda esta triste historia. Son demasiadas las consecuencias negativas para Badajoz como para no hacer un esfuerzo. Aunque sólo sea por esta vez.