En la calle Benegas del casco antiguo pacense todos guardaban ayer silencio. No sabían o no querían contar nada. Hacia las siete de la tarde del día anterior un hombre había rociado con gasolina el zaguán de una vivienda y había intentado prender fuego a la casa, en cuyo piso principal vive una familia con niños pequeños.

La Policía Nacional descartó ayer que se tratase de un caso de violencia doméstica porque la agredida y el agresor no tienen relación familiar, aunque debe de haber algún problema entre ellos. La mujer que vive en el piso donde ocurrieron los hechos se negó a hablar porque, según su testimonio "venían buscando a otra gente y se equivocaron", repetía.

El suceso tuvo lugar en el número 11 de la citada calle, en la esquina con la calle Afligidos. La Policía Nacional recibió una llamada pero cuando los agentes llegaron el autor del intento de agresión ya no estaba en el lugar y no fue localizado. Los vecinos del inmueble colindante no habían oído nada y tampoco en el centro de mayores de la misma calle. Todos coincidían en que podía tratarse de un ajuste de cuentas, extremo que la Policía Nacional no confirmó.