Juan José Martínez, padre del joven de 17 años que falleció la semana pasada en un accidente de tráfico en Suerte de Saavedra, ha querido dejar constancia de los testimonios que ha recabado entre los testigos del suceso, según los cuales el coche que arrolló la moto que conducía su hijo, circulaba a gran velocidad por la avenida Antonio Hernández Gil.

El padre del fallecido no duda de que su hijo pudo saltarse el ceda al paso, pero comenta que si el coche hubiera ido a 50 o 60 kilómetros por hora, como es obligatorio, quizá el muchacho no habría muerto. El problema, según cuenta, es que en esta avenida se circula a mucha velocidad y que, "lamentablemente, hasta que no haya muchas más muertes, no harán nada".

Juan José Martínez apunta que el turismo no tuvo que esquivar a otros motoristas, porque su hijo circulaba mucho más atrás que sus compañeros y que el automóvil ni siquiera llegó a frenar, ya que se detuvo a 40 o 50 metros del lugar del choque; de haber frenado, al disponer de ABS, se habría parado en seco y el conductor habría salido despedido por el parabrisas.

"No puedo permitir que el conductor del coche aparezca como víctima", dice el hombre.