Las familias de las Cuestas de Orinaza que fueron realojadas en casas prefabricadas hace un año y medio denuncian las malas condiciones en las que viven, y reclaman viviendas donde vivir dignamente y con posibilidades de integración. Según manifestaron a EL PERIODICO fuentes cercanas a los vecinos, se trabaja en un posible realojo de las familias en Los Colorines.

Los vecinos de las Cuestas se muestran reacios a trasladarse a esta zona, ya que consideran que allí la situación "es aún peor", pues en su opinión, "es donde más violencia y tráfico de drogas hay" de todo Badajoz.

Para ellos la mejor solución sería que se hicieran viviendas nuevas en cualquier zona que no sea la de los Colorines, "si la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Badajoz verdaderamente quieren que nos integremos en la sociedad".

La Consejería de Fomento ni confirma ni desmiente este posible realojo a los Colorines. Fuentes de la Junta afirmaron que se está estudiando el problema y hasta que no tengan una solución no se pronunciarán.

CONDICIONES DE VIDA Además, las familias se sienten "engañadas y coaccionadas por la Junta", porque "prometieron la construcción de nuevas viviendas de protección oficial, pero al final optaron por darlas a otras familias", según declararon los vecinos. Además, también se sienten discriminados por parte del ayuntamiento, pues aseguran que "a los inmigrantes se les dan más facilidades a la hora de integrarse" que a ellos.

En las Cuestas de Orinaza siguen viviendo 30 familias, de las que 80 de sus componentes son niños. Los vecinos tienen que sufrir malos olores por la masiva basura que tiran en los alrededores de las casas prefabricadas. Se quejan de que son muchos los camiones, algunos de ellos portugueses, que utilizan la zona como vertedero. Debido a esta cantidad de basura los insectos, ratas y serpientes abundan en las casas y alrededores, por lo que las infecciones son numerosas. Además el agua que les llega no es potable y no tienen transformador de luz.

TALLERES PARA MUJERES Por otra parte se están realizando actividades para las mujeres de este barrio por parte del Centro de Promoción de la Mujer del barrio del Gurugú. Allí se les enseña a leer y a escribir. Además se imparten clases de corte y confección o de cocina. De esta forma se pretende que "la mujer se vaya integrando mejor y vaya adquiriendo nuevos conocimientos que por su situación no los tienen". Aunque Pepi Prodencio, responsable del Centro de Promoción de la Mujer, dice que algunas de las mujeres "van a estas clases por la ayuda económica que reciben por asistir".