El nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) de Badajoz, Joaquín María Ramos, ha comenzado a mantener conversaciones con los representantes de las asociaciones, entre ellas la de Santa Marina, que está fuera de la federación, y los de aquellas que han manifestado su malestar, como Casco Antiguo, San Roque y Valdepasillas. Y también con algunas otras de las "medianas, para explicarles su alternativa", como Santa Isabel. El objetivo de esta primera acción del dirigente vecinal es, según manifestó a EL PERIODICO, recomponer el movimiento ciudadano.

Para ello, Ramos elabora ya un plan para modificar los sistemas de reparto de subvenciones y de representación, para adecuar el número de votos de las diferentes asociaciones a su realidad, en función del número de habitantes, siempre con un mínimo que impida dejar a ninguna barriada en mala situación, tanto económica, como de representatividad.

El proyecto que prepara Ramos, que ya ha tenido un primer encuentro, informal, con el concejal de Participación Ciudadana y tendrá otro oficial la semana próxima, consiste en que cada asociación tenga como mínimo un voto, y luego ir subiendo según el número de habitantes, hasta un máximo de 8 o 10.

CANDIDATURA CONJUNTA La idea es que entre varias de ellas puedan presentar candidatura dentro de la FAV y con más del 50%, poder acceder a la presidencia, si obtienen los votos necesarios. Ahora la directiva la forman los 9 candidatos más votados y de ellos, el que más votos obtiene, es el presidente.

Otro factor fundamental es el reparto de subvenciones, que el ayuntamiento entrega a la FAV por un lado, y a Santa Marina por otro. La propuesta de Ramos es que Santa Marina reciba el mismo dinero que ahora o similar, pero también las asociaciones de su mismo tamaño, como San Roque, Santa Isabel o Valdepasillas. Siempre con un mínimo fijo que permita a todas las asociaciones funcionar, más un incremento por habitantes.

Con esta propuesta no se llega a lo que pretendía el ayuntamiento, pero se acerca a la demanda que plantea Santa Marina. Ramos trabaja con el censo municipal del 2003 y un mapa actualizado de la ciudad, por barriadas. Los representantes de las citadas asociaciones han quedado en estudiar la propuesta de Ramos, quien antes la presentará a su directiva.

Si su directiva la rechaza, "sólo me quedan dos caminos, llevarla a una asamblea general, o dimitir e irme a casa". Ramos está convencido de que "éste es el momento de relanzar el movimiento vecinal; o ahora, o perdemos una gran oportunidad, porque vienen tiempos nuevos, con un plan general por delante, el diseño de la ciudad para los próximos diez años y en todo eso, tenemos que estar".