La Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) estima en más de 360 millones de euros el ‘flujo económico’ que generó la última temporada de caza en la Extremadura.

Así se pone de manifiesto en el primer informe sobre la ‘Situación de la Caza en Extremadura’, que el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, presentó ayer en el marco de la Feria de la Caza, la Pesca y la Naturaleza Ibérica.

Según se recoge en este informe, más de 83 por ciento del territorio extremeño tiene gestión cinegética, mientras que un 30 por ciento de la región también alberga figuras de protección ambiental, lo cual avala, ha resaltado Gallardo, que «caza y gestión no es que sean compatibles, son mucho más, van de la mano, y éste dato es un ejemplo claro».

En cuanto a la evolución de las especies, los datos presentados reflejan una «tendencia al aumento» de las especies de caza mayor, lo que «supone un riesgo alarmante por accidentes de tráfico, daños a la caza menor y daños a la agricultura», señaló el presidente de Fedexcaza, quien ha considerado por tanto «especialmente importante la labor de control poblacional que ejercen los cazadores».

De forma paralela, este estudio apunta a un «descenso muy importante de la fauna menor», sobre todo del conejo, algo que se explica, ha dicho, por el aumento de los depredadores, sobre todo el zorro, el abandono del campo, las enfermedades y «algunas malas prácticas agrícolas». Todo unido «da como resultado un descenso muy importante de fauna menor, sobre todo del conejo», tras lo que ha señalado que las capturas de esta especie se han reducido casi un 60 por ciento en los últimos cinco años.

Otras curiosidades del informe son las estadísticas que, según el presidente de Fedexcaza, arrojan «mucha luz sobre mucho bulo», como son las que demuestran la «estabilidad» de las poblaciones de codorniz y tórtola en los últimos años «a pesar de los mensajes alarmistas que llegan al respecto».

Por lo que se refiere a la actividad económica del sector, el presidente de la Federación Extremeña de Caza ha recordado que el año pasado la Administración autonómica recaudó 6,8 millones de euros por impuestos y tasas procedentes del sector cinegético.

En cuanto a la importancia del sector en la economía regional, el estudio cifra en más de 360 millones el flujo económico que generó en la última temporada la caza en Extremadura. Unos datos que, según José María Gallardo dejan claro que se trata de «una actividad imprescindible para Extremadura» por su doble papel como «motor de desarrollo rural y de conservación de los espacios». A su juicio, aún queda mucho potencial sin explotar en la caza, un sector, ha dicho, que «necesita políticas de impulso para formación, para la profesionalización y apoyo a la empresa».