Aun siendo viernes de feria y la hora de las cañas, ayer había veladores vacíos en algunas terrazas del Casco Antiguo y no era difícil encontrar un hueco. «No hay ambiente de feria», se quejaban en el Pepe Jerez, en la plaza de España, a pesar de que sus mesas estaban completas y atienden muchas reservas, «pero no hay gente de paso en la calle». También en el Tristana, en la calle Mayor, coincidían en que de los últimos tres años, éste está siendo «el peor», porque la Feria de Día va «regular». Algunos clientes han comentado en este bar que sin embargo las casetas del ferial están llenas al mediodía. Y así siguen hasta bien entrada la noche. En la Taberna Bigote, en Felipe Checa, se quejaban aún más y afirmaban que la feria «va muy mal, muy floja, no hay menús como otros años, la gente va a raciones». En este bar también piensan que el problema está en la competencia del ferial, donde llegan a ofrecer 4 copas por 10 euros «y no podemos competir con esos precios». «Acuérdate de que aquí a unos años la Feria de Día se acaba», auguran. En el Rincón de Manuel, en la calle Muñoz Torrero, tienen un culpable: el ayuntamiento, que «nos está fastidiando» por no permitirles continuar la actividad de los veladores a las 22.00 horas y por su poco apoyo. «No hay más que ver la decoración de aquí con la del ferial».

Sin embargo, Mario Montoya, presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Antiguo (Aecab), que promueve la Feria de Día, es más optimista. Reconoce que la semana de feria estaba «floja» los primeros días, pero se ha ido recuperando a medida que se acerca el fin de semana y hay muchas reservas. Montoya defiende que el Casco Antiguo y el ferial no deben competir sino complementarse, de hecho hay empresarios de hostelería con intereses en ambos ámbitos y son dos ambientes que ofrecen distintas opciones. En su opinión, la bajada es general, hay que trabajar para mejorar la oferta completa de la feria y evitar que el público se marche el fin de semana.