THte tenido la tentación de dedicarle este artículo, una vez más, a los problemas diarios de la gente de Badajoz. Me gustan las columnas que se comprometen con las personas. Sin embargo, sólo me salían tristezas y amarguras, y lo descarté.

Luego pensé en escribir sobre los tira y afloja de los políticos extremeños. Tampoco me convenció. Ultimamente siempre hablan de lo mismo y al final iba a terminar de mal humor.

Incluso, hubiera sido oportuno hablar de la minirreforma laboral, o de lo que sube el combustible para mantener la sanidad o de los tardíos y criticados presupuestos municipales.

Pero todo lo fui descartando a medida que escribía. Y hoy por fin lo he tenido claro, después de escuchar a los empresarios hosteleros de Badajoz mostrando su optimismo ante la llegada de la feria.

Saben que muy pocos serán los que puedan tirar este año la casa por la ventana. La mayoría de los pacenses aplicarán los recortes diarios a los días festivos. Pero con más o con menos presupuesto, esperan que la gente salga a disfrutar de unos días de encuentro con amigos y familiares. Días para olvidarse de los problemas. Momentos para charlar de cosas intranscendentes. Días para bailar en las casetas o en los bares del centro o para ver la cara de ilusión de los más pequeños.

Nos viene bien relajarnos un poquito ahora que comienzan a subir las temperaturas y más después de que España, desde el partido con Suiza, sea un país un poco más hundido, al menos, en su orgullo patrio.

No pudimos celebrarlo con la eufemística Roja, pero en Badajoz nos queda otro cartucho para venirnos arriba. Y ésta sabemos que no nos va a decepcionar.

Esta noche es el encendido de un recinto ferial que este año se anuncia con notables mejoras. Anoche el entrañable pregón taurino de Fernando Balbuena daba el pistoletazo de salida a la fiesta taurina, que tantos aficionados tiene en esta ciudad.

Vamos a disfrutar de la Feria de Badajoz y luego, como diría mi madre ¡Dios dirá!