Los feriantes que desde hace días están instalando las atracciones, casetas de bebidas y comidas, de tiro y tómbolas se sienten desatendidos por parte del Ayuntamiento de Badajoz.

Los primeros llegaron al ferial el martes de la semana pasada. Varios días han tenido que funcionar con un grupo electrógeno porque no tenían electricidad. Hasta el sábado al mediodía no tuvieron agua y hasta ayer no les colocaron los contenedores de basura. Cuentan que lo deseable es que un mes antes se empezase a preparar el recinto, totalmente abandonado, tanto que los postes de luz estaban llenos de nidos, según denunciaba ayer Julio Naranjo, de la Asociación de Feriantes de Extremadura.

FAMILIAS Durante dos semanas, alrededor de 150 familias viven en este descampado, bajo un sol de justicia, muchas de ellas con niños. Las mujeres se quejan de la distancia que existe a la ciudad, para poder hacer la compra, traer el pan a diario y llevar a comer a los trabajadores.

En el ferial se pueden juntar más de 50 caravanas, aparcadas en un desierto. Naranjo pone el ejemplo de otras ciudades, donde tienen preparado este espacio como si de un cámping se tratara, con césped y desagües. Según este feriante, el ferial de Málaga es excepcional, con sus parcelas y su toma de luz. También lamentan la ausencia de sombra. Sólo en la parte de las casetas han plantado algunos árboles, pero en la zona de atracciones no hay nada y piden que pongan al menos bancos, donde se puedan sentar los padres que traen a sus hijos.

El colectivo sigue pensando que el ayuntamiento debió consultarles antes de trasladar el ferial pues en este nuevo recinto ganan la mitad que en Valdepasillas. Este año confían en que la mejora del acceso, con el desdoblamiento de la avenida de Elvas, les beneficie.