Tenía chupete cuando su padre, el veterano cronista taurino de Badajoz que le otorgó su nombre y afición, lo llevaba a los toros y no lo ha dejado desde entonces. Es gerente del Patronato de Tauromaquia desde que lo fundó la diputación pacense en el 1999 y acaban de elegirlo presidente de la Federación Internacional de Escuelas Taurinas.

--¿Cómo ha sido su elección?

--Con motivo del Congreso Mundial de Escuelas Taurinas en México. Se procedió al acta fundacional de la Confederación Mundial de Escuelas Taurinas y la elección fue por unanimidad.

--¿Qué significa para Badajoz?

--Creo que algo importante. Es la primera confederación taurina en el mundo y que la presida un extremeño significa que se hable de Extremadura y Badajoz, aparte de los proyectos que se llevan a cabo. Es un elemento más del buen momento que vivimos en el mundo de los toros.

--¿A qué se debe este momento?

--A la creación del Patronato de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, que ha posibilitado a un buen número de chavales aprendan la profesión de torero y a torear sin picadores, que es el escalafón base del mundo de los toros y lo que les ha dado cimientos a las carreras que cada uno ha llegado: Perera, Talavante, Ferrera, Ambel Posada, Lancho, Solís, Murillo, Márquez, Julio Parejo y Paco Chaves, todos han pasado por la escuela.

--¿Qué papel tiene el patronato?

Considero fundamental la planificación y el trabajo desde el patronato, que ha servido no solo para sacar toreros, sino para formar a personas y promocionar la riqueza que en este caso, Extremadura, tiene en el ámbito taurino, por sus ganaderías, cosos con historia y su afición.