Esta semana el portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Badajoz, Ricardo Cabezas, ha confirmado que desiste de presentar la moción de censura, que anunció en febrero, al alcalde, Francisco Javier Fragoso. Según Cabezas la «nueva situación política» tras la destitución de Luis García-Borruel como portavoz de Ciudadanos, hacen «imposible» llevarla acabo. Justo tres meses ha durado esta aventura política de Ricardo Cabezas. Tres meses si contamos desde que lo anunciara públicamente, hasta que de la misma manera ha dicho que daba marcha atrás. Porque realmente la idea de desbancar al PP de la alcaldía de Badajoz estuvo presente en los despachos municipales de PSOE y Podemos casi desde el minuto uno de perder la mayoría absoluta en esta legislatura. Tal era la «decisión firme» que tenía Ricardo Cabezas de presentar la moción de censura que se fue hasta Mérida para buscar el visto bueno de la dirección regional del partido. Para la hemeroteca política de esta ciudad quedará la cara de «a mí no me mires» de Guillermo Fernández Vara and company cuando escuchaban a Cabezas explicando los motivos que le llevaban a tomar tal iniciativa. Creo que esta semana el suspiro de alivio se escuchó en Mérida y más allá. Los socialistas no midieron bien sus fuerzas ni las circunstancias cuando Fernández Vara llegó, incluso, a reunirse en una conocida cafetería de Badajoz con el ya ex portavoz de C’s Luis García Borruel. La moción de censura de Badajoz dejaba al PSOE en manos de Podemos en la Asamblea de Extremadura. El Partido Popular de Monago se encargó rápidamente de advertirles de las consecuencias. Y entre lo malo y lo peor, el PSOE lo mismo prefiere a quién, al menos, no intenta robarle la cartera en su propia casa. Y así, entre dimes y diretes, ha pasado media legislatura en Badajoz. Un tiempo en el que un equipo de gobierno en minoría se ha visto obligado a estar más pendiente de mirar de reojo que de gobernar. Y una oposición más preocupada de intrigas palaciegas que de hacer su trabajo de fiscalizar al gobierno y hacer propuestas serias y realistas para mejorar la vida de los ciudadanos de Badajoz. Dice Ricardo Cabezas que «ha merecido la pena» esta aventura. Los votantes del PSOE dirán si están de acuerdo o no con él, en las urnas.