Las crónicas más tristes del concurso son las que se escriben cuando ya se conocen las deliberaciones del jurado. Tanto el texto que contó lo acontecido en la última jornada de preliminares, como este, que relata lo ocurrido en la última sesión de semifinales, aparecen publicados en el diario de papel un día, y unas horas, después de que se conozcan los grupos que se clasifican para la siguiente fase. Ese desfase temporal se debe a que, los anuncios de las murgas semifinalistas y finalistas, se realizan en la madrugada de la última jornada de cada ciclo del concurso. Y ese factor es el que impide que se publique, la crónica de la última noche de cada etapa del concurso, antes de que se sepa qué grupos se clasifican y cuáles no.

Hay gente que se deja llevar por esta circunstancia, totalmente ajena a las murgas, y duda del sentido de reseñar unas actuaciones que no han sido suficientemente valoradas como para superar una fase más. Pero no deberían hacerlo. Porque tan dignas son las actuaciones de agrupaciones consideradas como merecedoras de un pase a la final, como las de esas otras que, por un veredicto del jurado, resultan no encontrarse entre las ocho elegidas. Además, ocurre que, en multitud de ocasiones, las diferencias, en lo cuantitativo, son tan nimias que no debería de perderse demasiado tiempo en hacer unas comparaciones que siempre resultan odiosas. Y es que todas las murgas, independientemente del lugar que ocupen en la clasificación general del COMBA, merecen un reconocimiento, por el descomunal trabajo que realizan, a lo largo de meses y meses, para configurar un espectáculo digno de las tablas del López de Ayala.

LOS CAMBALLOTAS/ Los componentes de la murga los Camballotas retornaron a las tablas del teatro noble de Badajoz con el mismo grado de desconfianza con que se marcharon en preliminares. Este año, han repetido, en mil y una ocasiones, que no se fían ni de sus propias sombras. Y quien no lo haya asimilado aún, es porque, realmente, no les ha prestado mucha atención. En la tercera -y última- sesión de semifinales, presentaron un repertorio renovado, en el que destacaron un pasodoble en el que criticaban, con ironía, al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y otro, en el que hacían lo propio con los murgueros. En sus nuevos cuplés, bromearon acerca de las compras por internet, de los cambios de sedes sociales de las empresas y de sus posibilidades de ser finalistas.

LOS CALLEJEROS/ La murga los Callejeros participó este miércoles, por primera vez, en una semifinal del concurso de murgas. A sus miembros, se les vio exultantes de felicidad, y transmitieron ese carácter ‘disfrutón’ a un público que se lo pasó bomba con una actuación en la que presentaron uno de los repertorios más renovados de las semifinales. Además de cambiar los pasacalles, introdujeron dos nuevos pasodobles, otros tantos cuplés, varias cuartetas, y hasta algún guiño novedoso en la presentación. En su primer pasodoble, señalaron que hay que tener miedo a los vivos, y no a los muertos. El segundo lo dedicaron a su bombo, una música, que también toca en Las Polichinelas, y sin la ayuda de la cual no habrían podido salir a las tablas. En su primer cuplé, criticaron los cambios organizativos implementados en diferentes fiestas locales de Badajoz. Y, en el segundo, divirtieron con un gag cómico apuntalado en la similitud estética de la vestimenta de Carlos Jesús y la de la figura sacra del Cristo de la Espina.

AL MARIDI/ Los vigentes campeones del COMBA demostraron, el pasado miércoles, que, aunque su nivel en preliminares fue alto, todavía había margen para que lo hicieran aún mejor si cabe. Su actuación, en la primera fase del concurso, cautivó por su altísimo nivel. Pero, en su paso por semifinales, se mostraron aún más rebosantes de potencia, ingenio y virtuosismo musical y vocal. Renovaron sus dos pasodobles y cuplés. En el primero de los pasodobles, combinaron el elogio a Extremadura con una durísima crítica hacia un modelo de región que ignora el desgarrador éxodo juvenil que se está produciendo. El segundo lo dedicaron a cuestionar las prioridades organizativas del carnaval, y la valoración real que se hace de las agrupaciones que le dan vida a la fiesta. En los cuplés, bromearon sobre un imaginario malentendido romántico con una de las Empoderadas, y sobre sus capacidades taumatúrgicas a la hora de poner remedio a los problemas de los famosos.

A CONTRAGOLPE/ Otro de los grupos que llegó pisando fuerte a esta tercera semifinal fue A Contragolpe. Se les percibía rebosantes de energía, y lo demostraron desde la presentación, y hasta el final de su actuación. Especial mención merece su potencia a la hora de interpretar unos pasodobles que dedicaron a criticar la utilización partidista que, en ocasiones, se hace de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y a cuestionar a quienes presumen de ser más pacenses por llevar en sus repertorios alusiones explícitas a la ciudad de Badajoz y a sus monumentos. Los cuplés se centraron en parodiar una manifestación de extrema derecha, y en bromear acerca de sus posibilidades de pasar a la gran final del concurso, con referencia a los poderes del chamán de Al Maridi.

LAS CHIMIXURRIS/ Las componentes de las Chimixurris volvieron a deleitar al público del López de Ayala con su afinación, con las preciosas armonías que revolotean a lo largo de su actuación, con unos coros deliciosos, y con unos timbres de voz que suenan extraordinariamente bien, tanto cuando se muestran compactos, como cuando dan pinceladas, a solas y por todo lo alto. Pero, además de en su interpretación, las chicas de Las Chimixurris destacan siempre por la crítica social, y por el contenido de sus letras. Durante la actuación del pasado miércoles, presentaron un repertorio renovado, en el que destacaron un pasodoble dedicado a elogiar a la sociedad civil y criticar a los políticos, y otro centrado en la denuncia de la situación de la sanidad en Extremadura. Los cuplés abordaron, con humor, el tema de los idiomas en la educación de los niños, y el de la fiebre y avalancha de series televisivas que sufrimos en nuestros días.