He intentado sintetizar lo más posible mis sentimientos y simplificar las técnicas utilizadas por las imágenes realizadas, en las que la luz y sombra dan vida a una ciudad que para mí ha sido muy importante en mi vida". Con estas palabras Antonio Covarsí definió para este diario una de sus últimas exposiciones: Lisboa, una luz incierta .

Quienes le conocen destacan de él su coherencia, compromiso, templanza, amabilidad y sencillez, capaz de complementar con su mirada colaboraciones de amigos artistas, músicos y escritores, como Pablo Guerrero, Angel Campos, Manuel Vicente González, José María Pagador o el pintor Luis Costillo.

La trayectoria de Antonio Covarsí se caracteriza por su solidez, sabía de jazz y de Schubert, miraba más allá para captar lo que no se ve y comentaba que era fotógrafo porque era como mejor se expresaba.

Pero además de las fotos estaban los libros (Librería Crónica), la música, con Itaca-discos y como organizador de conciertos, recitales y festivales de todo tipo de música y poesía. También estaba su inquietud social y política y su interés por el cine, el teatro y el arte --Miguel Angel, el Renacimiento--. Siempre dijo que hacía las fotos que quería sin influencias externas.

Covarsí se inició en la fotografía en 1977 y fue en 1986 cuando realizó su primer trabajo, que se convertiría en la primera exposición, en el colegio de arquitectos. Desde este momento, inicia una carrera que le lleva por todos los rincones de España, a Portugal, a Cuba.

Su capacidad creativa se extendió a los libros con obras como Extremadura en otras imágenes. El Carnaval pacense , Donde las flores se convierten en agua (con Pablo Guerrero), ilustración del libro del cantautor extremeño Tiempo de espera , Jola , con Angel Campos, y una edición especial de Los papeles de la calle de la soledad .