Tras conocer la detención de Antonio García-Borruel y sin disponer aún de datos sobre los motivos, el alcalde de Badajoz; Francisco Javier Fragoso, compareció ayer a petición de la prensa para expresar que confía de forma «absoluta» en la justicia, a la que espera que se deje trabajar en libertad, al tiempo que manifestó tener «la esperanza de que se pueda aclarar la sensación que podía tener de que se podían cometer delitos con impunidad en algún ámbito». Sí señaló que si la detención tiene que ver con la denuncia que él mismo presentó en su nombre, funcionarios del ayuntamiento y familiares «me alegraría mucho que se pudiera aclarar, porque no es de recibo que uno esté sometido durante meses a injurias y calumnias». De confirmarse que lo ocurrido tenía relación con los comentarios que se han vertido a través de grupos de Facebook, en muchos casos a través de perfiles «no fácilmente identificables» y que denunció el alcalde, «espero que la justicia trabaje y a ser posible de forma rápida». Fragoso recordó que presentó en la fiscalía el resultado de una información reservada que ordenó «cuando el vaso se colmó y vi reiteradas referencias a funcionarios y empresarios que me pidieron amparo y yo mismo como político y mi entorno familiar». Esa información remitida a la fiscalía se acompañó con más de 800 folios de declaraciones que, según el alcalde, «son clarísimamente constitutivas de injurias, calumnias y denuncias falsas», dijo ayer. También señaló que hace unos días la fiscalía le comunicó que daba traslado al juzgado, cuyo decreto lo obliga a guardar «sigilo» sobre su contenido. Recordó además Fragoso que Antonio García-Borruel ya fue a pedirle perdón a su despacho a través de su tío, el portavoz de Ciudadanos, Luis García-Borruel, «por algunos excesos» y entonces reconoció que lo hizo tras el perfil de Pepa Pig. «Le dije al fiscal que estoy cansado de que ocurra esto y entiendo con los abogados del ayuntamiento que se cometen continuados delitos», como también cree que comete injurias y calumnias el portavoz socialista, Ricardo Cabezas, cuando le imputa corrupción sin pruebas. A. M. ROMASANTA