Él mismo es una institución dentro de la institución que ha representado. Francisco Pedraja Muñoz (Madrid, 1927) acaba de presentar su dimisión como presidente de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País, cargo que ha ocupado durante 27 años. La última vez que le renovaron la confianza para ocupar este puesto fue a finales del año pasado. Le quedaban por lo tanto casi cuatro años por delante para seguir al frente. Pero ha renunciado por motivos de salud, según ha confirmado él mismo a este diario. Lo hizo por carta hace dos semanas, en la que adujo motivos personales.

Con 88 años a las espaldas (también de experiencia acumulada en su memoria, que no parece fallarle, como tampoco su buen carácter), el pintor Francisco Pedraja dice haber tomado esta decisión "porque no puedo cumplir al máximo con mis obligaciones, es mejor que otro ocupe mi lugar", manifiesta. Como no cree que sus problemas físicos se resuelvan definitivamente, precisamente por su edad, ha preferido "ser honesto y retirarme a tiempo", aunque continuará siendo socio a disposición de la Económica. Esta despedida se produce precisamente cuando la entidad celebra sus 200 años (1816-2016), una circunstancia de la que es consciente, pues le exigiría una dedicación que ahora dice que no puede ofrecer, "porque hay que estar al máximo".

Académico de Número de la Real Academia Extremeña de las Letras y las Artes y correspondiente de las Academias de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, Santa Isabel de Hungría de Sevilla y Real Academia de Cádiz, Pedraja fue nombrado Hijo Adoptivo de Badajoz por el ayuntamiento en el 2007 y recibió en el 2013 la Medalla de Extremadura.

De momento, las funciones de presidente en la Económica las ejercerá en funciones el actual vicepresidente, Antonio García Salas, quien es partidario de que sea elegido un nuevo presidente de manera interina hasta que se celebren las siguientes elecciones para renovar la directiva.

Salas destaca que la Económica es la institución privada de la sociedad civil más antigua de Extremadura, que de manera ininterrumpida lleva promoviendo actividades durante dos siglos, salvo el paréntesis de los 10 años del absolutismo de Fernando VII (desde 1823 a 1833). Desde sus inicios fue una institución para el intercambio de ideas entre personas con inquietudes en el desarrollo de su entorno, desde el punto de vista cultural, económico y científico. Fruto de su actividad se creó en Badajoz el primer instituto de enseñanzas medias (que después se dividió en el Zurbarán y el Bárbara de Braganza), la escuela de Magisterio y la Caja de Badajoz. Con la desamortización de Mendizábal recibió el convento de Santa Catalina, que ocupaba la manzana donde se encuentra el palacio de la Diputación de Badajoz y donde la Económica conserva su biblioteca con los fondos del siglo XIX (fue la primera biblioteca pública de titularidad privada en la región), pues su sede se trasladó a la calle San Juan.

En la actualidad se encarga de mantener una importante hemeroteca, además de la biblioteca, que prestan servicio a la investigación y aglutina actividades culturales, principalmente debates y tertulias generadoras de opinión.