Los Bomberos sofocaron un incendio a las 16.43 horas de ayer en el número 20 de la calle Felipe Checa, donde el humo impidió a muchos de los vecinos abandonar el edificio, por iniciativa propia o consejo de los cuerpos de seguridad, por lo que cerraron las puertas y taponaron los resquicio con toallas mojadas para impedir que el humo entrara en las viviendas. Se dio la circunstancia de que ni los bomberos, ni la policía local, ni Cruz Roja pudieron llegar al lugar del siniestro con sus vehículos porque lo impedía la estrechez de algunas calles y porque otras están cortadas con pilotes.

Este suceso ha puesto de la manifiesto una vez más la imposibilidad en algunos casos para acceder a inmuebles del casco antiguo en casos de urgencias y/o emergencias, pues no pueden entrar camiones de bomberos, ambulancias u otros vehículos, como señaló uno de los miembros del cuerpo de bomberos, que en esta ocasión tuvieron que dejar los camiones en plaza de España y en la calle Francisco Pizarro, en ambas esquinas con Muñoz Torrero, la calle más cercana al lugar del siniestro.

Desde estos emplazamientos, donde también estaban los coches de la policía local, mientras que una ambulancia quedó estacionada en Juan Carlos I, los bomberos llevaron las mangueras hasta el edificio y así pudieron sofocar el incendio, que quedó controlado sin mucha dificultad.

El principal problema lo constituyó la gran humareda que se originó en el bajo del edificio, junto a los buzones de correos, donde alguien prendió fuego a un montón de revistas pornográficas, trapos y otros objetos combustibles, según los indicios que encontraron los bomberos.

Para evacuar el humo se utilizaron ventiladores de presión positiva desde la puerta del inmueble creando un corriente que recorría las tres plantas y los largos pasillos del interior hasta una salida adecuada. Los vecinos que no bajaron cuando comenzaron a oler a humo estuvieron más de una hora sin poder salir de sus viviendas. Antonio Romero fue uno, que explicó por teléfono que "se nos fue la tele y empezamos a oler a humo; corté la luz porque creí que era en nuestra casa y pusimos toallas mojadas junto a la puerta porque entraba algo de humo".

Otro vecino que no quiso dar su nombre también explicó que "estaba viendo la tele y se cortó, olía a humo, así es que me vestí y bajé a la calle", explicó. Pocos inquilinos mas del edificio, de tres plantas y 30 apartamentos, pudieron bajar. El resto permanecían asomados a las ventanas mientras los bomberos retiraban los restos del incendio.