Un incendio probablemente intencionado quemó ayer parte de las oficinas de la empresa Tránsitos Extremeños-Andaluces SA, dedicada a prestar servicios como agente de aduanas y ubicada en Caya. Las instalaciones quedaron inutilizadas a consecuencia de los daños. Las sospechas de que el fuego fue deliberado, según explicaron fuentes del parque municipal de bomberos, se basan en que se detectaron dos focos simultáneos, a unos 250 metros el uno del otro, aunque será la investigación la que confirme esta hipótesis. El primer foco se localizó en un solar contiguo a la empresa (en las traseras de Ifeba) y el otro junto al depósito municipal de vehículos.

Los bomberos acudieron por primera vez a este lugar antes de las nueve de la mañana, cuando fueron alertados de un fuego en el exterior de las instalaciones, que quemó la maleza de la cuneta y varios pinos, pero que quedó «completamente extinguido». Más de tres horas después recibieron un nuevo aviso de otro fuego en este lugar, esta vez en la parcela aledaña a las oficinas y a pocos metros de la zona quemada anteriormente (entre una y otra se podía apreciar un tramo que no fue afectado por el fuego).

En el momento del segundo aviso, los efectivos del parque se encontraban sofocando un incendio de pastos en la carretera de Campomayor. Cuando llegaron a Caya, varios pinos estaban ya en llamas y el fuego se había propagado a una pila de maderas almacenadas en un lateral de las oficinas y había quemado un toro mecánico y una moto que estaban estacionados al lado. Con el calor, los cristales de una de las ventanas se rompieron y las llamas se extendieron al interior de las dependencias, calcinando equipos informáticos, mobiliario y archivos de papel.

La sala principal sufrió numerosos desperfectos y el resto resultaron afectadas por el humo, pero los bomberos lograron atajar el fuego y que no calcinase al completo las oficinas ni se propagara a las naves contiguas. Personal sanitario se trasladó a la zona para comprobar el estado de salud de los bomberos tras el esfuerzo realizado. En las cercanías hay dos gasolineras, por lo que también tuvieron que controlar que el fuego no se extendiese hacia ellas.

El dueño de la empresa, visiblemente nervioso por lo ocurrido, prefirió no hacer declaraciones hasta que se aclarasen las causas del incendio. Tampoco pudo valorar los daños, pues los bomberos y la policía local le recomendaron que, por motivos de seguridad y con vistas a una posible investigación, no accediese a las instalaciones, que fueron rodeadas por vallas.

En la empresa hay siete trabajadores. Ayer, al ser domingo, no había nadie en las instalaciones cuando se inició el incendio. Fueron las personas que se encontraban en las pistas de pádel que hay justo detrás de la empresa las que avisaron a los bomberos tras percatarse del fuego. Las instalaciones deportivas no resultaron afectadas por las llamas, aunque sí por la rotura de una tubería, que hizo que el agua entrase en las mismas.

Por la tarde, según confirmaron fuentes del parque municipal, un retén continuaba en el lugar del suceso controlando que el fuego no se reavivase.