Una mayoría de españoles creemos que la solución de España, visto el estrepitoso fracaso de las políticas neoliberales y el empobrecimiento general que han causado, viene de la mano de una alternativa de izquierdas. Estoy convencido de que la suma de fuerzas de PSOE, Podemos, IU y otros grupos progresistas será mayoritaria en las elecciones municipales y autonómicas y en las generales. Para eso el PSOE está volviendo a su esencia socialdemócrata de la que abjuró Zapatero, lo que le está granjeando de nuevo el crédito de tantos votantes desafectos. Por su parte, Podemos ha dado un giro copernicano desde el extremismo inicial hasta una posición confesadamente socialdemócrata también. Y es precisamente ese naturaleza socialdemócrata lo que caracteriza a la mayoría social española. Si el PP obtuvo en 2011 una mayoría absoluta fue, sobre todo, por la inmensa abstención o el cambio de voto de esa mayoría de progreso desencantada con la política económica de Zapatero.

Entre las propuestas económicas y sociales del PSOE, Podemos e IU hay evidentes similitudes. Una nueva banca pública que atienda a las familias y a las pymes, una redistribución justa de la riqueza con mayores impuestos a los que más ganan y a los que más tienen, una reestructuración pactada de la deuda, la vuelta a la jubilación a los 65 años, un subsidio de emergencia para las familias y los trabajadores más pobres o en riesgo de exclusión, un aumento de la inversión en educación, sanidad, dependencia, investigación y cultura, y tantas cosas razonables como proponen estos partidos son asumibles por una inmensa mayoría. Cuando termina el tiempo de las mayorías absolutas y del bipartidismo, el PSOE se perfila como el gran partido socialdemócrata que puede sacar a España adelante con ayuda del resto de fuerzas progresistas. Podemos ha manifestado públicamente que abraza la fe socialdemócrata y eso allana el camino. Es natural que, ahora, ambas formaciones se disputen ese electorado que jamás votaría derecha. Pero, después de las elecciones veremos la confluencia ineludible de los dos, junto con el resto de fuerzas progresistas. El PP está más que amortizado y no solo no será la fuerza más votada sino que nadie querrá pactar con él si milagrosamente lo fuera. Vuelve la socialdemocracia. De Podemos pasaremos a ¡Ganamos! ¡Feliz 2015!