Rafael Camacho, presidente de Genoma España, ofreció a Extremadura la ayuda de la fundación en esta andadura, por lo que propuso montar su programa Biocampus en la región para impartir formación y ofreció sus programas de búsqueda de financiación y de acompañamiento a empresas biotecnológicas.

Puso como ejemplo a Navarra, que en sólo ocho años ha conseguido diez compañías y es la única comunidad con capacidad para hacer un ciclo completo de un medicamento. Del 2000 al 2008 aumentó un 240% el número de empresas biotecnológicas en España, la facturación creció un 14% y el empleo se ha multiplicado por nueve.