Lázaro Carreter decía que los poetas aportamos saber a distancia; es una manera de mirarlo. Ahora hay menos poetas que en otras épocas; y pocos que sean solo poetas: yo mismo, Clara Janés y Paco Brines». Con estas palabras explicó Pere Gimferrer su presencia en las academias Española y Catalana. Lo hizo en respuesta a una pregunta de este diario, antes de la presentación de su último libro publicado No en mis días, en la Feria del Libro.

No es la primera vez que Pere Gimferrer recala en Badajoz, ya lo hizo para realizar una lectura poética con el Aula Díez Canedo y ayer regresó para firmar y presentar su último poemario, con Faustino Lobato de introductor.

No en mis días se compone de 30 poemas, con una temática muy variada, metafísica, personal, biográfica, erótica, política, «porque son poemas de bastantes años y muy distintos en estilo y en concepción», manifiesta el poeta y académico barcelonés.

Entre su primer libro, Mensaje del Teatrarca (1963) y éste, según sus palabras, «no ha evolucionado nada» su forma de vivir la poesía; «han cambiado, eso sí, aspectos importantes de los poemas, basados en la palabra».

Sobre su vivencia del momento de la creación, afirma que «antes requería un plan previo, pero hace tiempo que he comprendido que debo dejar que la forma me guía, no guiarla yo a ella, porque las formas pueden más que uno». Gimferrer escribe en italiano, catalán y castellano con el mismo reconocimiento.

En relación al lenguaje en la poesía, recuerda «una carta de Octavio Paz que identificaba a Cernuda con la pasión del lenguaje y a Huidobro con el lenguaje de la pasión; pero a mí Cabral me interesa más».

En el ámbito político, sobre la tendencia independentista de un sector del nacionalismo catalán, afirmó que «no es algo me preocupe demasiado; al menos tres veces se ha declarado una república catalana, dos en el siglo XX y otra en el XVII; y acabó mal».

Pere Gimferrer ha terminado otro libro de poesía que está por publicar y que «esperaré para que éste tenga su recorrido»,