TYta sé que no gusta que recuerde las limitaciones de esta ciudad porque hay quien prefiere citarla como la gran urbe de Extremadura y olvidar sus carencias de igual modo que la botella medio llena sigue junto a la medio vacía. Descuiden, no voy a repasar lo exiguo de algunos servicios o la escasez de salas de cine. Hablaré de lo aburrido que puede llegar a presentarse este lugar sin primarias ni candidatos contrapuestos por mucho que estemos en año electoral. Siempre lo mismo y los mismos, sin levantar ápice de emoción, sin necesidad de sondeos o de fraudes en los avales, ¡qué hartazgo! Imagina la huelga en un sitio así: se plantea sosísima. Como no hay metro, no lo echaremos de menos, ni podremos quedarnos encerrados en el vagón en Callao. Dado que del aeropuerto salen uno o ninguno vuelos diarios, y, en consecuencia, es difícil que usted o yo nos hayamos decantado por ese medio de transporte, nos toca un pie que los vuelos internacionales tengan o no problemas. Casi nunca viajamos en autobús, porque en realidad llegamos antes a pie, o sea, que también nos perderemos al grupo de manifestantes haciendo salir al conductor y no tendremos esos atascos gigantes que tanto lucen en la Castellana. Para colmo, la Uex no ha empezado el curso, así que tampoco disfrutaremos con los jóvenes ruidosos siempre dispuestos al jolgorio adyacente a toda huelga y a tener la menor excusa para evitar el aula. A lo mejor, ni los abuelos secundan el llamamiento, simplemente porque no les da la gana y no se sienten solidarios con los trabajadores. La verdad es que dan ganas de movilizarse con algún piquete o salir con el coche y pedir que nos corten por favor la calle. Porque esto se está poniendo tedioso en exceso y va a llegar el día en que una no tenga ni de qué protestar. Hasta han llegado a un acuerdo alcalde y presidente con lo de los jardines, quitándonos una excusa de protesta. Solo faltaba que solucionen lo de las basuras. ¡Menos mal que nos queda la Almossassa!