Las grandes superficies de la ciudad aseguran que la reserva de libros de texto ha aumentado hasta un 400% con respecto al año anterior. Así lo contaba a EL PERIODICO el responsable de ventas de libros de textos de El Corte Inglés, Roberto Alvarez.

El descuento en estos grandes almacenes es del 25% en los libros de Primaria y Secundaria y el 5% en los de Infantil y Bachillerato, como establece la ley, sólo para quienes hacen su encargo en verano, y "cada año lo hacen con más antelación", según Alvarez. El cliente ha tenido un plazo de más de un mes para hacer la reserva de libros de texto, en las grandes superficies.

La de los libreros es otra versión. Estos aseguran que la reserva en librerías "cada año va a más", aunque el descuento es del 10% al 15% en Primaria y Secundaria, y del 5% en Infantil y Bachillerato. Y esto, "a pesar de la influencia de los grandes almacenes con sus descuentos, que están haciendo desaparecer establecimientos por no poder competir con ellos", según un empresario.

Después de la crisis que han sufrido los libreros en los últimos años, parece ser que hay una recuperación, pues el volumen de ventas aumenta año tras año. Los libreros, que no pueden hacer nada contra las grandes superficies, coinciden en una cosa: "el trato es diferente, no es lo mismo que atienda un profesional, a que lo haga alguien que no conoce el libro; en las librerías conocemos los colegios, a los profesores, y sabemos el material que quiere cada uno".

José Luis Marín, el dueño de las librerías Zurbarán y Colón, aseguró que al final los perjudicados son los padres, "no todos consiguen ese descuento en todos los libros, sólo 1 de 1000 se beneficia del descuento al cien por cien", y a veces faltan libros; la consecuencia es que "al final son las librerías las que tienen que estar solucionando estos casos hasta navidades".

Librería Universitas sólo se vió afectada el primer año que los grandes almacenes empezaron a descontar el 25%, pero después todo volvió a la normalidad, "aquí el trato es más personal y somos más profesionales", decía su dependienta Toñi Hormeño.

Rodrigo Hernández, propietario de la librería Astérix comentaba que "legalizar el precio del libro de texto fue un error", pues haciendo una comparación, "es como si trabajas gratis", porque "es imposible competir con las grandes superficies, nosotros damos mejor servicio y además estamos en contacto con colegios, padres y asociaciones".