El antiguo edifico del mercado de la plaza Chica ya es una ruina inmunda que día día se va deshaciendo en pedazos y convirtiéndose en una sombra. Pero los vecinos de su entorno y del casco antiguo no están dispuestos a que se hunda en el abandono. Desde ayer, una iniciativa novedosa alerta sobre el peligro de la situación en que se encuentra. El Grito es el título de una instalación de 12 fotografías con las que se ha empapelado la fachada del antiguo mercado. Una idea de Raúl Valerio que se ha materializado con la ayuda de Jesús Pérez Marabel, fotógrafo de este diario. Son imágenes de gran tamaño que retratan rostros gritando y que según explicaba ayer el propio fotógrafo, "ya forman parte del edificio, hasta que se deterioren". A pesar de que "la fotografía es sorda", con estos gritos se ha pretendido un impacto visual "en un lugar de silencio, para darle fuerza".

Esta iniciativa forma parte del proyecto Un barrio vivo , promovido por la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo para reivindicar el barrio como lugar donde hacer realidad proyectos creativos. Este es uno y además, sirve como llamada de atención sobre el abandono de su entorno.

Exigen compromiso

El presidente de la asociación, Juan Pedro Plaza, explicaba que con El Grito se pretende denunciar que "la plaza ya no puede estar más tiempo como está", por eso exigen al consistorio que salga de las elecciones que asuma la rehabilitación del inmueble como una prioridad. Allí estaba el candidato socialista, Francisco Muñoz, que defendió la propuesta de convertir el mercado en biblioteca municipal.

Del abandono, se quejaban los vecinos, reunidos en torno al mercado. Teresa Rodríguez expresaba su "pena" por la situación de la plaza, lamentaba las molestias de las prostitutas y exigía más vigilancia policial. Eulalia García pedía que el mercado lo usen como centro de salud, pues les queda muy lejos, mientras que Juan Gutiérrez denunciaba que el mercado es ahora "un nido de víboras" porque "aquí vemos droga, prostitución y de todo".