En los tiempos que corren, en los que tantas familias lo están pasando muy mal y tantos autónomos se las ven y se las desean para conseguir que sus negocios sigan adelante por falta de crédito, también surgen iniciativas de particulares que están dispuestos a prestar su dinero y que otros lo utilicen para seguir adelante, a cambio del único y enorme beneficio de sentir que están ayudando a los demás con sus ahorros, a los que buscan una rentabilidad humana en lugar de económica.

En este contexto, un grupo integrado por una quincena de familias vinculadas a la parroquia de la Santísima Trinidad de Badajoz, en San Roque, ha fundado una asociación sin ánimo de lucro denominada Fides-Banca Etica (Finanzas como Instrumento de Desarrollo Solidario), cuyo objetivo es apoyar a personas sin acceso a la banca convencional que deseen crear o mantener su puesto de trabajo. Se les localiza en www.fidesbancaetica.com .

Entre socios y donantes están generando un fondo, que ya sobrepasa los 15.000 euros, que servirá para financiar este tipo de proyectos. La asociación se constituyó en mayo y todavía no les ha llegado ninguna petición. Las aportaciones de los socios oscilan entre 50 y 1.000 euros. La cantidad máxima se establece para diversificar el riesgo y para que el socio pueda recuperar su dinero cuando lo necesite. Lo que son ilimitadas son las donaciones, que se utilizan para cubrir los gastos de la asociación y los impagados.

La presidenta, Laly Serrano, trabajó durante años en una entidad bancaria, realizó un trabajo de investigación sobre la banca ética y conoció a un grupo de personas comprometidas vinculadas a los jesuitas que llevaban un tiempo buscando un proyecto de este tipo. Las asociaciones de banca ética funcionan como bancos: los socios no donan el dinero, lo depositan porque no lo van a usar y lo ponen en circulación, se conceden microayudas pero reintegrables. La presidenta apunta que ya existen en el mundo muchas experiencias de banca ética, de hecho en Granada desde hace 30 años funciona Fondo Solidaridad y Esperanza. En Extremadura se han creado también otras asociaciones de este tipo: Banca Etica Badajoz y ABA Mérida.

La idea es que los beneficiarios devuelvan la ayuda recibida sin intereses. Los socios pueden retirar sus depósitos cuando lo estimen oportuno, asumiendo parcial o totalmente las pérdidas asociadas a los impagos de los créditos concedidos por la asociación. Por lo tanto, se trata de una iniciativa con vocación de compartir pérdidas en lugar de beneficios en favor de quienes más lo necesitan y cuenta con la colaboración de Caritas Diocesana en la selección de posibles proyectos y su seguimiento hasta la devolución de las microayudas.

Para la presidenta "desde el punto de vista del beneficiario, le estás transmitiendo que crees en su proyecto, porque estás pensando que te lo va a devolver, psicológicamente estamos los dos a la misma altura y se ha visto que funciona muy bien". De hecho, en otras asociaciones, hay receptores que cuando salen del bache se convierten en donantes.

La filosofía de esta asociación autogestionada es estar integrada por muchos que aporten poco en lugar de por pocos que aporten mucho. De momento no han dado nada "porque nadie nos ha pedido". Pero es un proceso normal, que en el caso de Mérida duró dos años, durante los cuales estuvieron "ahorrando". Las ayudas serán de un 10% de los fondos disponibles como máximo, con facilidades para la devolución. No solo se destinan a empresas, también a necesidades urgentes, como el pago de la hipoteca. El demandante no puede llegar solo sino que lo tiene que conocerlo el depositante a través de "un aval moral" pues el proceso se basa en la confianza. Los socios pueden perder hasta el 20% de su dinero y puede haber o no relación directa con los beneficiarios.