Maestros, sanitarios y trabajadores sociales que ejercen su actividad profesional en San Roque, Cerro de San Miguel, Suerte de Saavedra y Cerro de Reyes han visto la necesidad de mejorar la calidad de vida de los vecinos de estos barrios.

Por ello, se han unido y han iniciado un proceso de intervención social dirigido a los cerca de 39.000 vecinos de estos barrios, situados en la margen derecha del puente Rivillas. Su trabajo consistirá en hacer primero un diagnóstico de la situación de los vecinos y de sus necesidades para programar después acciones concretas que solucionen sus problemas, "pero siempre contando con la participación de ellos", según Manuela Matas, enfermera del centro de salud de San Roque.

Con el fin de desarrollar este proceso se ha creado la Asociación de Técnicos para Impulsar el Proceso Comunitario Puente Rivillas, que preside Manuela Matas y que aglutina a unos 50 profesionales de los ocho colegios de la zona, los dos institutos de secundaria, las tres guarderías públicas, el centro de salud, del programa de infancia y familia de Suerte de Saavedra y el centro colaborador del Sexpe en esta barriada, así como del centro de empleo de Cerro de Reyes que gestiona Cáritas.

Aunque la asociación se ha dado a conocer recientemente, los trabajos se iniciaron hace cuatro años cuando vieron la necesidad de trabajar de forma coordinada para dar solución a algunas situaciones que tenían que ser abordadas desde la escuela, el centro de salud y los servicios sociales, situaciones tan sencillas como una pediculosis o tan complejas como un problema de absentismo escolar.

La zona se ha delimitado no porque se considere una zona marginal, según los técnicos, sino porque "se puede mejorar las condiciones de vida de esa población, porque todo es mejorable, también en barrios donde no hay problemas socioeconómicos", según Mari Angeles Corral, directora del colegio Enrique Iglesias, quien explicó que los colegios de la zona ya han iniciado actuaciones conjuntas para mejorar sus resultados.

DEMANDAS DE LA POBLACION Este proceso comunitario es similar al que desde hace unos años se desarrolla en la margen derecha del Guadiana y se basa en la misma metodología del sociólogo Marcos Marchioni, "que entiende la intervención comunitaria como una manera de trabajar para conseguir una mejor utilización de los recursos sociales existentes, atender mejor las demandas de la población y trabajar en la prevención y la eliminación de factores de riesgo", según Manuela Matas.

Sin embargo, este proceso se diferencia del de la margen derecha porque aquel es liderado por el centro de salud, pero éste lo gestiona la asociación "y aquí la implicación más fuerte y real es de los profesores, el colectivo educativo tiene un gran peso porque los equipos directivos están asumiendo esto como parte de su trabajo diario".

De momento, la asociación ha contratado a dos educadores sociales a tiempo parcial con subvenciones de la Junta de Extremadura para que se encarguen de impulsar el proceso comunitario. "Ahora no van a trabajar con la población, sino que van a coordinar a técnicos, administraciones y población. Una vez esté el diagnóstico se programarán acciones concretas", explicó.

Ahora están recopilando datos objetivos de la población para hacer el diagnóstico comunitario sobre morbilidad, mortalidad, absentismo escolar y otras cuestiones, y después se buscarán los datos subjetivos "a través de lo que los vecinos cuentan que sienten como problema". También elaborarán una guía de recursos.