La rentabilidad es muy alta y los amigos de conseguir dinero fácil al margen de la legalidad lo han visto claro. La Guardia Civil está detectando un repunte en la venta clandestina de cigarrillos de fabricación casera.

Ayer informaba de las tres últimas actuaciones realizadas la semana pasada en Badajoz, en las que se intervinieron 37 kilos de picadura de tabaco en total, carentes de toda documentación y etiquetado, cuyo valor podría ascender a unos 6.000 euros. Las tres incautaciones no están relacionadas entre sí y tuvieron lugar en Badajoz. Agentes del Área Fiscal del Puesto Principal de la Guardia Civil interceptaron tres vehículos que supuestamente eran utilizados para el transporte de la picadura de tabaco. Sus ocupantes eran tres vecinos de Badajoz y al inspeccionar el interior de los coches, se encontraron 28 bolsas de plástico con la cantidad mencionada de tabaco, cuyo destino era la fabricación casera y venta clandestina de cigarrillos, sin ningún control sanitario, con el consiguiente peligro para la salud pública.

Estas actuaciones no conllevan la detención pero sí sanciones administrativas por contrabando, así como lo que pueda derivarse del riesgo sanitario.

El encarecimiento del tabaco de curso legal ha propiciado que haya consumidores que busquen estos cigarrillos, cuyo precio es muy inferior, pues 20 unidades pueden salir por 1,5 o 2 euros, mientras que una cajetilla cuesta más de 3 y de 4 euros. La picadura de tabaco es cara. El precio de un kilo ronda los 160 euros, pero el margen de beneficio es muy alto. Quienes se dedican a la fabricación casera y venta clandestina compran el tabaco y en ocasiones lo mezclan con otras hojas y componentes sin ningún tipo de control sanitario, multiplicando la rentabilidad. Se encargan de entubarlo y los agrupan en bolsas de 20. La venta se realiza en el mercado negro. Hay consumidores que lo buscan por el ahorro que les supone. La Guardia Civil intenta esclarecer la procedencia del tabaco.

El mes pasado, fue la Policía Nacional la que detuvo a dos jóvenes, de 19 y 23 años y con antecedentes, acusados de un presunto delito de contrabando de tabaco, tras encontrar en un local de Cerro de Reyes, que supuestamentente utilizaban como almacén, más de 437 kilos de hojas (de las que se obtiene el picado), junto a una picadora, una báscula, un peso manual y bolsas autocierre. La investigación se había iniciado meses atrás cuando los agentes tuvieron conocimiento de este negocio ilegal en un local alquilado.

En marzo, la Guardia Civil realizó 4 actuaciones en Badajoz y La Roca de la Sierra, no relacionadas entre sí, que dieron como resultado la aprehensión de 16 kilos de picadura y 4.000 cigarrillos, valorados en unos 3.000 euros. En una de las actuaciones, el tabaco se encontró en un coche que procedía de Cáceres y otros dos vehículos fueron interceptados en Badajoz, procedentes de Valencia.

A mediados de febrero, la Guardia Civil abrió diligencias contra una pareja que viajaba en un furgón que fue interceptada en la carretera N-V a su paso por Talavera la Real. En el vehículo se hallaron 9 cajas de cartón con 1.260 kilos de hojas de tabaco, que carecían de toda documentación y etiquetado. En aquel caso, el tabaco había sido adquirido presuntamente en el norte de Extremadura, para su posterior picado, elaboración de cigarrillos y venta en Badajoz, de donde son vecinos las dos personas imputadas.