El debate sobre la prohibición de fumar en los locales públicos ha llegado a los hogares de mayores de Badajoz, donde se plantea la disyuntiva de dar la razón a aquellos que reconocen el perjuicio del tabaco para la salud y quienes necesariamente mantienen el vicio vinculado a los ratos de ocio y al consumo en el bar. El problema surge porque en muchos hogares de jubilados de la ciudad no hay sitio suficiente para dedicar un espacio diferenciado a los no fumadores, según explicó ayer la concejala de Mayores, Cristina Herrera, tras el encuentro que mantuvo con los presidentes de los 19 centros de la ciudad para hablar de sus necesidades y de las actividades a realizar este año.

PERMISIVO De momento el ayuntamiento pacense va a ser permisivo, porque aunque ayer Herrera dijo que la consigna será que en los hogares no se fume, dependerá de la situación de cada uno, y se podrá consumir tabaco en aquellos donde haya salas para no fumadores y también donde nadie se queje del humo porque la mayoría sean fumadores, según dijo la concejala. Herrera puso el ejemplo del centro de mayores de un poblado donde de los siete mayores, cinco son fumadores "y si no les dejan fumar, ese centro habrá que cerrarlo". La concejala también planteó el problema que supone para los empresarios que llevan los bares de los centros, pues disminuiría la clientela.

Entre los centros que carecen de espacio para los no fumadores está el de San Roque, cuyo presidente, Luis Galán, reconocía ayer el problema que se les viene encima, "a nosotros nos hace falta otro centro", dijo.