Los trabajos arqueológicos realizados en un solar situado en la calle Madre de Dios, esquina con Martín Cansado, bajo la dirección del arqueólogo Fernando Valdés, dejaron ayer al descubierto cuatro urnas con restos de cremación y ajuares que forman parte de la necrópolis de la segunda Edad del Hierro hallada en el solar contiguo hace algo más de un año. En la primera fase se localizaron 18 enterramientos con restos de cremación.

Las labores de excavación en este terreno se iniciaron hace un par de semanas en unos 40 o 50 metros cuadrados, en los que han aparecido las cuatro urnas, muy próximas entre sí, que pertenecen, según explicó Fernando Valdés, "a un poblado indígena, sin influencia romana; son los restos de los habitantes que vivían en la alcazaba, donde se asentó un poblado en aquella época".

En su opinión, "estos habitantes tenían una actividad guerrera muy acusada ya que hay restos de alguna lanza o espada y el ajuar tiene cierta suntuosidad, ya que ha aparecido un botón de plata", aclaró.

Valdés ha dado por concluida la excavación, en la que han colaborado los profesores Alonso Rodríguez y David Luque, del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Extremadura.